Respira |Fanfic Wilhemina Venable|

Capítulo 19

Los últimos ocho días dormí sola en mi habitación. No es que no queramos dormir juntas, pero ha comenzado a haber sospechas de que algo está pasando entre nosotras. Al menos, por suerte, de parte mía. Mallory fue asignada a la biblioteca para acomodar algunas estanterías y limpiarlas. Nosotras estábamos ahí, sentadas en la misma mesa, conversando sobre nuestras lecturas. Cuando Coco entró con Malcolm a pedirle un favor a su asistente, nos vieron. Era una conversación relajada, pero los cumplidos de Wilhemina logran ponerme colorada con facilidad. Oírla halagar mi interpretación hizo que tuviera esa reacción y no pasó desapercibida por más que creí que así fuera. Fue en el tiempo de espera a la cena cuando me comenzaron a interrogar y no solamente ellos, en general el grupo de púrpuras. Negué cada una de sus teorías sintiéndome mal por negarla a ella. Todo terminó cuando hizo su usual entrada para avisar que ya podíamos ir al comedor. Esa misma noche le dije lo sucedido y tomamos l decisión de no arriesgarnos a ser vistas entrando en la habitación de la otra. ¿Qué tal si hasta ahora habíamos tenido suerte de no ser vistas?, fue la pregunta que ambas nos hicimos temiendo que en un posible encuentro próximo nos atrapen.
Visitas a la oficina, lecturas compartidas y cortas charlas en pasillos pasaron a ser nuestros encuentros. En el primer lugar nos permitiamos caricias, abrazos y besos cuando Mead no estaba con nosotras. Muchas veces decía una escusa para darnos espacio sabiendo la situación. Igualmente extraño todo lo demás. Sé que no ha sido mucho tiempo, pero también sé que podría ser mucho más.
Ahora, siendo la cena, todos estamos sentados alrededor de la mesa como cada noche. Se llevan las mismas charlas aburridas de siempre hasta que notan que yo estoy hablando casualmente con ella.
- A T/N le gusta Venable- canturrea Malcolm hablando con Coco, no estoy segura de si lo hace con intención de que lo oya o no. Como sea lo hago y no lo ignoro.
-¿Y qué problema habría si fuera así?- le pregunto seria sorprendiendo a todos. Ninguno me responde, nadie parece dispuesto a explicarme por qué sería algo malo. - Diganme, quiero saber- insisto en que me cuenten lo que aparentemente no me doy cuenta. - Quiero saber, ¿por qué sería tan terrible que me fije en ella?
-Suficiente, señorita T/A- dice Venable golpeando el bastón queriendo callarme.
- No, quiero escuchar uno por uno los motivos.
Nadie habla, un silencio incómodo toma el albergue. Igualmente yo espero que alguien diga algo, lo que sea. No creo que me teman a mí, le temen a ella. Saben que cualquier falta de respeto podría llevarlos a un rincón alejado del albergue para ser torturados.
- ¿Entonces?- pregunto viendo que casi todos terminaron con su cubo significando que la mesa compartida terminará pronto.- Ya que tanto les interesa, si me gusta. Este tiempo en el albergue conocí a una mujer increíble, admirable y muy fuerte, una capaz de mantenernos con vida a nosotros que somos un grupo de imbeciles que no hacemos nada. Ni siquiera nos merecemos la mayoría estar aquí e igualmente ella se hace cargo de nosotros. Es atractiva, de muchas maneras que no tengo porque explicarles. Me gusta la líder del albergue y se lo digo en la cara.- Me giro en su dirección ignorando la sorpresa de los que me rodean.- Señorita Venable, me gusta y mucho.
Como ya había comido mi porción, me paro y me voy. Sé que no tienen respuesta a lo que acabo de decir, tampoco es que me importe. La única respuesta que temo es la suya.

Al día siguiente unos golpes en mi puerta me sacan del poco sueño que logro tener. Christian me llama una y otra vez hasta que le abro. No espera invitación, se mete directamente y va a sentarse a mi cama mientras cierro la puerta.
- Los grises me estuvieron interrogando toda la mañana- me dice cuando volteo en su dirección. -¿Cómo estás?- me pregunta seria.
- Casi no dormí- le confieso sin ir a sentarme, me quedo dando vueltas por la habitación. - ¿Y si lo arruine todo?
-¿Arruinarlo? ¡T/N, ojalá alguien hablará de mí como tú hablas de ella!- me contesta sin poder creer mi pensamiento.
-Pero ella es la líder, temo que crea...- no me deja seguir.
-Lo que debe creer es que es afortunada de tenerte. Caso contrario, no te merece porque no me imagino a la mayoría de gente hablando como tú lo hiciste.
Le digo que debo empezar a prepararme, por lo que me deja sola para que pueda hacerlo. Además el tiene que ir a armar el desayuno.

Cuando entro en la sala de música todos me miran, no sé como interpretar sus expresiones. Igualmente suelto un "buen día" general. Me siento en la banqueta del piano, distanciada de ellos. Toco algunas teclas, juego con algunos acordes, imito melodías que voy pensando y así aislo mi mente del alrededor temiendo que hagan comentarios sobre lo que hice.
Cuando Wilhemina abre la puerta, lo primero que hace es mirar su alrededor. Todos le clavamos los ojos porque se mueve con determinación y rapidez. Lo hace en dirección a mí.
-Arriba- me ordena que me pare. Está inexpresiva, no hay forma que deduzca su próximo movimiento. Quizás está enojada. El segundo que pasa viéndome activa todo mi sistema nervioso. Lo callados que están todos no me ayuda, este el momento para que hagan un comentario así la situación se aliviana. Entonces su mano libre va a mi nuca y me lleva a su boca. Un beso, el más dulce y tierno que me ha dado hasta ahora. Mis sentidos se abstraen registrando eso, haciendo un recorte ideal de la realidad. Separarnos me devuelve la percepción total, nos aplauden. Mi rostro se torna totalmente rojo, solo puedo mirar las maderas del piso.
- La copulación está prohibida- grita Malcolm al ver que ella pone su dedo índice debajo del mentón para que la mire. Ella lo mira con desaprobación. No le responde, con eso basta.
- Ya pueden pasar al comedor- les habla a todos y antes de avanzar me toma de la mano para que vayamos juntas.