Capitulo 23

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Wilhemina ha estado triste un tiempo. No lo ha dicho y apenas lo ha demostrado, pero así fue. Últimamente ha estado mejor, al menos eso notamos Miriam, Christian y yo.  Los tres nos hemos dedicado a intentar subirle el ánimo por más que negara seguir afectada por la pérdida de sus amigos de Kineros Robotics, aunque la mayor parte de nuestros intentos no parecieron ser realmente efectivos.
También me he mudado a su habitación. Una noche en que nos desvelamos, mientras mi cuerpo desnudo reposaba sobre el suyo agotado, me lo propuso. Fue adorable la timidez y el nerviosismo en su voz cuando me lo dijo. Evidentemente el saberlo no alegró a los púrpuras, en el hecho de que compartamos cama encontraron injusticia porque ninguno de ellos tiene lo mismo.
Ahora estoy en su oficina haciéndole compañía mientras actualiza el inventario de los cubos y escribe informes sobre el estado del albergue. He traído una novela para no molestarla, por lo que leo mientras cumple con sus obligaciones. Tiene varias cosas que hacer, La Cooperativa ha estado en contacto con ella más de lo usual.
Unos golpes en la puerta interrumpen su trabajo y mi lectura. Ella da el permiso de entrar a quien esté del otro lado. Chris y Malcolm entran a la oficina, ambos se ven nerviosos. Pretendo retirarme, pero nadie en el lugar crea que sea necesario.
- Señorita Venable, queríamos solicitar el permiso para copular- pide Malcolm y yo veo a mi amiga intentando hacer uso de la comunicación visual que hemos desarrollado.
- Señor Gallant, ¿me está pidiendo que le permita tener relaciones con un gris?- cuestiona juzgandolo mi novia.
- No creo que sea asunto suyo- le contesta.
- No lo es, pero debo dar el permiso- le explica mientras saca una hoja de un cajón y un bolígrafo.- Ambos lo deberán presentar por escrito, entonces será considerado- les dice ofreciéndoles lo que acaba de tomar.
- Muchas gracias, señorita Venable. Luego te veo T/N- se despide de ambas Christian una vez Malcolm se ha ido.
Cuando volvemos a quedarnos solas, ella retoma lo que estaba haciendo.
-Deberías decirles que si- me permito opinar del asunto. Ella levanta la mirada para verme.
- Yo soy la líder, yo lo decido- es su respuesta. - ¿O quieres que te recuerde que estoy a cargo?- su tono es más sugerente al agregar esa pregunta.- Creo que la otra noche quedó bastante claro.
Si, quedó muy claro, pienso mientras imágenes de esa noche se reproducen en mi cabeza. El gusto por el poder de Wilhemina es casi tan obvio como su sadismo. Podría decirse que la fusión de ambas cosas junto con un "oblígame" de mi parte llevaron a que ejemplifique que ella es la que manda.
- Mostró su punto.

Para el horario de la cena he podido hablar con C que por supuesto me cuenta sobre Gallant. También me deja leer la solicitud queriendo mi opinión. Conociendo a la líder sé que las palabras que usen realmente no tienen gran importancia, la decisión probablemente la tomó en cuanto aparecieron en la oficina. No estoy segura de cuál sea, pero ya le debe haber tomado.
Mientras estamos en la mesa, Coco cuenta una anécdota que ya he oído alrededor de quince veces. En este punto yo podría contarla con su mismo tono y expresiones. A pesar de eso la escuchamos, no es que tengamos otra cosa que hacer. De vez en cuando, sin motivo, intercambio miradas con Wilhemina. ¿Qué es lo que tiene en mente?, quiero saber porque puedo reconocer que tiene un plan para algo.
La finalización de la cena es usual, nada indica que haya pasado algo distinto. Como no tengo interés en ir a la sala de música, subo a la suite. Me daré un baño y luego me iré a dormir.

Cuando salgo envuelta en una toalla, veo a mi pareja sentada a los pies de la cama. Como mi ropa estaba ahí, la ha tomado y me la pasa para que pueda vestirme. Observa como seco mi cuerpo, me visto y cepillo mi cabello.
- ¿Te quedarías despierta conmigo?- pregunta sin darme contexto de su pedido.
- Claro, ¿por?
- Nada en especial- y como siempre es una pésima mentirosa. Aunque no insisto, lo haré de todas formas. 
Ya vestida avanzo a donde está ella, que se cambió antes de que saliera del baño, y la abrazo. Como ella está sentada y yo parada, su cabeza queda contra mi pecho. Amo a esta mujer.

Las horas pasan, estamos acostadas conversando y como a todos les pasa en algún momento, tenemos charlas repetidas. Aunque con ella podría estar encerrada en un bucle temporal contando las mismas cosas una y otra vez. Son su forma de hablar, su voz y la confianza que tiene en mí aquellas cosas que me permitirían encontrar en la repetición algo casi celestial.
- Un momento- me dice saliendo de la cama y yendo al baño. Por curiosidad miro la hora, 00:03. Cuando regresa en su mano tiene un cuaderno y un pequeño paquete. - Feliz cumpleaños- me dice en un tono dulce mientras se sienta en la cama para poder dejar su bastón. Yo la miro desorientada, ¿es hoy? - El paquete es de La Cooperativa y el cuaderno es mío- me explica dejándome escoger cuál veo primero. Obviamente tomo el suyo, el otro no me interesa.
Su regalo es un cuaderno hecho por ella con hojas enganchadas por un hilo. Dentro de él hay citas de libros acompañadas de explicaciones. Leo la primera página y prácticamente me tiro encima suyo abrazandola. Es lo más tierno, amoroso y precioso que alguien ha hecho por mí.
- Te amo, Mina- le digo pegada a ella.
- Yo a ti- contesta apretándome.
Cuando me suelta abro lo que pertenece a la organización. Un colgante de oro con un pequeño diamante. Es hermoso, realmente hermoso. Me quedo viéndolo un momento y luego lo dejo sobre mi mesa de noche para acomodarme en la cama.
- ¿Me lo podrías leer?- le pido a Venable una vez ella también está cómoda haciendo que se sonroje.- Por favor.
Suspira sabiendo que insistiré toda la noche si es necesario para que lo haga y me lo pide. Sonriendo se lo doy.
- No quiero comentarios ni exclamaciones- me habla con firmeza, como si pudiera fingir frialdad tras un regalo tan tierno.
- No prometo nada- le respondo y le doy un beso en la mejilla.

Respira |Fanfic Wilhemina Venable|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora