Despierto temprano con la oportunidad de disfrutar de la cama. Me quedo aquí, cómoda fingiendo que fuera no está pasando una enorme catástrofe. Tengo el privilegio de sobrevivir, al menos más que el resto. Es tan extraño todo, tan irreal. Podría estar en tantos lugares en este momento y estoy bajo las frazadas de una enorme cama dentro de un refugio exclusivo.
Algunos pensamientos negativos empiezan a vagar por mi mente arruinando mi momento de paz. Se escabullen hasta salir a la luz consiguiendo que no me siente tan bien como minutos antes. Mi familia que no volví a ver a pesar del daño que me hicieron, mis amigos con los que tenía montones de planes, mi sueño de criar alguna mascota con una chica, volver a estudiar…todo se perdió en el segundo que explotaron las bombas.
La vida que podría haber tenido si todo no se hubiera ido al carajo me destruye. Tantas cosas podría haber vivido. Comienzo a llorar al recordar que incluso si el equilibrio se recuperara pronto, mi vida nunca sería la misma nuevamente.
Sabiendo que debo levantarme a pesar de mi crisis, lo hago sintiéndome desganada. Me baño rápido y visto lo primero que encuentro. Quiero poder volver el tiempo atrás, resolver varias cosas antes de caer en este pozo. Tal vez esto no ha sido una salvación, quizás es un castigo. Encerrada bajo tierra en un lugar con gente con la que no conecto a excepción de Christian bajo el cuidado de una mujer con la que no sé como sentirme al respecto.
Mi llegada a la sala de música es recibida por preguntas acerca como me siento. A todos les aclaro para pasar a preguntar por un asunto que considero más importante: Stu y Gallant. Lo único que saben hasta ahora es que aún no volvieron y temen que no lo hagan. Oír eso en mi estado de sensibilidad consigue hacerme lagrimear un poco.
-¡Dejen de decir eso!- grita André comenzando a llorar. Su rostro está hinchado, probablemente lloró durante toda la noche.
La misma canción que viene sonando desde que llegué es lo único que se oye. Ninguno vuelve a hablar mientras André llora cada vez más fuerte. Lo miramos sin saber cómo consolarlo.
Sin que nos demos cuenta, Gallant entra a la habitación. Recién lo notamos cuando está al lado mío y de Coco, que lo abraza diciéndole que temía que le haya pasado algo.
-¿Y Stu?- pregunta limpiándose las lágrimas con esperanza la pareja de quien aún no ha vuelto.
- Él…- la cara de miedo del rubio nos lo dice todo haciendo que André vuelva a llorar y se deje caer al piso. -Lo lamento mucho- le dice quien presenció la ejecución.
No tarda en anunciarse que debemos pasar a desayunar. Entre todos ayudamos a nuestro compañero a levantarse por más que se niegue a ir. El sentimiento de tristeza se vuelve colectivo en cuanto entramos al comedor y comenzamos a tomar asiento. Su silla está ahí, vacía. Yo no tenía una gran relación con él, pero me siento mal. Las únicas que no están afectadas, y no nos sorprende, son Venable y Mead.
Nadie habla, sólo comemos la porción usual del alimento.
-André, intenta comerlo- le digo desde donde estoy al darme cuenta que ni siquiera ha agarrado sus cubiertos. Parece estar en trance, mirando un punto fijo en la mesa.
-Ay por favor, basta de este drama- pide Evie tan poco empática como es de costumbre.-Es una lástima lo sucedido, pero si lo hubieran traído de regreso nos hubiera infectado a todos.
-¡Tú no estuviste ahí!- le grita su nieto a nada de largarse a llorar.
-La señora Gallant tiene razón- Venable toma una posición. -Lamento su pérdida- se dirige a quien perdió su novio que sin esperar que se nos permita irnos, se levanta para irse corriendo.-Un guardia hágale compañía- ordena.
Malcolm habla pero es callado por dos golpes del bastón contra el suelo. En cuanto todos terminan con su cubo se nos dice que podemos irnos.Estando en la biblioteca con Christian, le leo en voz alta el libro que he comenzado. Los dos estamos afectados por lo sucedido, por lo que la entrada de la líder no es bien recibida. No puedo evitar mirarla con desagrado porque evidentemente esto no fue decisión exclusiva de Mead. La persona que tengo delante lo tiene que haber aprobado.
-Señorita T/A, no me vea así- pide en un tono demandante que no creo que deba usar.
-La veré como yo quiera, ¿o también me ejecutará?- le contesto sin cambiar mi expresión.
- ¡T/N!- me regaña Chris temiendo que me gane el mismo destino.
-No, déjame a solas con ella- le pido dispuesta a enfrentarla. Él no se mueve.- Va a estar todo bien, en serio- trato de transmitirle tranquilidad y lo consigo.
Espero a que esté del otro lado de la puerta para ir a la mesa en la que está ella sentada.
-¿Qué quiere?- pregunta elevando una ceja. -Digame- grita exigente.
-Me equivoqué. Creía que los demás eran los equivocados respecto a usted y era yo. No vale la pena hablarle.
Decido irme porque probablemente lo que le diga le dé igual, pero agarra mi muñeca para no dejarme hacerlo. Me quedo mirándola, pero no me habla.
-¿Qué?
- Mejor váyase- habla soltándome.Paso el día con Christian, ayudándole con las tareas usuales. No hablamos de Venable, no hablamos de Stu, ni hablamos de cómo lentamente todo parece estar empeorando. Nos limitamos a planear cómo ordenar cosas y limpiarlas intentando bromear para animarnos el uno al otro. No funciona realmente, pero creo que ambos valoramos el intento.
Una parte de mí quiere decirle lo que pasó con la pelirroja. Quiero sacarlo de mí porque inevitablemente cuando la veo de vez en cuando mi mente va a ese momento. La he asociado a eso por más que no haya significado nada.
-Voy a decirte algo y no quiero que reacciones al respecto, ¿está bien?
Lo veo asentir mientras deja a un lado la prenda que está doblando.
-Hace un tiempo Venable me besó- lo suelto por fin y al oírlo suena más extraño que en mi cabeza. Sus ojos se abren mucho, pero trata de mantenerse igual que antes.- No fue nada emocional, fue puramente físico- le aclaro antes de que arme una película en su cabeza.
-¿Pasó otra vez hoy?- quiere saber.
- No, nunca volvió a pasar. No estoy confundida al respecto, pero…-me doy cuenta de lo que estoy por decir y me detengo.- Lo de Stu me decepcionó- le confieso a él.La cena se presenta como un evento especial sin que se nos avise. Los grises cargan bandejas cubiertas y la mujer a cargo habla de que el día de hoy fue difícil para todos por lo que no comeremos cubo. La mejor noticia que he oído en todo este tiempo. En ese momento se revela que las bandejas tienen carne.
El momento en que Christian sirve en mi plato el trozo que me corresponde, agarro rápido los cubiertos para comenzar a comer. El sabor es delicioso, está en el punto justo. Es tan placentero sentir su sabor.
-¿De dónde sacaron esto?- pregunta Emily disfrutando del gusto con curiosidad.
-Hay formas en ocasiones especiales- le contesta y no estoy segura de si quiere dar el efecto de misterio u ocultarnos algo. La verdad es que me da igual, por fin tenemos alimento real.
Algunos desconfían de la comida, la observan buscando algún indicio de algo extraño. Timothy sugiere que no la comamos, pero yo sigo. Estoy hambrienta, no sé como algunos se contienen.
-Eso parece un dedo- comenta Gallant al hueso que encuentra Timothy en su plato.
-¡Es Stu!- grita horrorizado André.
Otro alboroto se forma entre varios púrpuras que gritan.
-Ay por favor, hay límites que no vamos a cruzar y el canibalismo es uno de ellos- habla Venable como si sus reacciones fueran exageradas.
- Lo que sea está delicioso- comenta Evie que al igual que yo está por terminar el plato.
Los que no comen siguen gritando e intentando vomitar lo que ya ingirieron. Los intentos de poner orden no funcionan hasta que un guardia comienza a intervenir. A partir de eso se calma la situación, aunque no dejan de comentarse teorías sobre qué hemos tragado el cuerpo del difunto.
Con un enojo evidente, se nos da el permiso de irnos. No voy con el resto, no estoy de humor para oír acusaciones. Por eso antes de irme a mi habitación me despido de Christian que ha comenzado a juntar mis cosas para limpiarlas.Recostada no puedo dormir, doy varias vueltas pensando en la muerte del púrpura y en lo que le dije a Venable. Entonces me doy cuenta de algo, cuando le dije a Chris que quería comer carne ella estaba en el lugar. Tal vez escuchando la conversación por más que parecía concentrada en su lectura. Miro la hora, todavía se puede circular por el albergue.
Con mi pijama salgo a golpear la puerta de ella. Muy probablemente todavía no esté ahí dentro, pero lo intento.
-Vaya a molestar a la señorita Mead- grita su voz desde dentro.
-Señorita Venable, ¿puedo hablar con usted?- pido preparándome para que responda que no. Sorprendentemente se abre la puerta un poco permitiéndome verla un poco.
-Espero que sea algo importante porque estaba por dormir.
-¿Me deja pasar?
La veo rodar los ojos molesta y creo que va a cerrar pero hace lo contrario. Ahora me doy cuenta de que su cabello está suelto y creo que se estaba quitando el maquillaje porque su labial oscuro casi no se nota.
Cuando entro veo que nuestros cuartos son prácticamente iguales. No miro mucho de lo que hay, no quiero que parezca que invado su privacidad.
-Vine a agradecerle por la cena, sé que oyó lo que dije en la biblioteca.
-Creí que los demás tenían razón sobre mí.
-¿Tanto le importa mi opinión de usted?
- ¿Eso es todo?- no contesta poniendo su mano en la manija de la puerta para invitarme a salir.
-Si, buenas noches- me despido dándole un beso en la mejilla que la deja congelada un momento. Temo que eso la enfade, pero no lo hace.
-Descanse.
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Respira |Fanfic Wilhemina Venable|
FanficTN se dedica a vender contenido en Internet, lo que le permite mudarse a Los Ángeles. En el edificio vive al lado de Wilhemina Venable, una mujer intimidante a quien no simpatiza. Cuando llega la alerta de que caerán bombas en la ciudad, TN es llev...