14. Lideres de hoy, muertos en la mañana

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Josh's POV
— ¡Estoy hablando, carajo!

Ninah sabía proyectar su voz perfectamente, era una actriz de teatro, por Dios. Pero esa poderosa voz que podía cantar sin parar por dos horas enteras mientras daba piruetas estaba ahora rota, ahogando gritos y harta de ocultar el miedo que hacía que su labio temblara.

— Cariño, — Dylan no podía perder su estilo paternalista nunca, menos en una situación cómo está. — estamos haciendo todo lo que podemos. El Ojo nos está ayudando en todo lo que puede pero...

— No quiero ninguna maldita excusa. Necesito que hagan algo para encontrar a mi maldito esposo.

Dos días habían pasado ya, de desveladas y ganas de vomitar al menos para mi. Ni siquiera había visto a Hayden en estos dos días porque lo que me importaba era encontrar a su hermano vivo. Sabíamos que las personas que lo tenían eran asesinos experimentados de una forma impresionante, incluso peores que Los Matadores que nos dieron buenos dolores de cabeza el año pasado. Pero Los Matadores eran juguetones, estaban enamorados del espectáculo y extravagantes a mas no poder, exactamente como un matador en una plaza de toros. Pero los hermanos de sangre de Adam, odiaban el reconocimientos, los tres habían estado fuera del radas de absolutamente todo por años y no eran alguien a los que les podías seguir la pista.

Sabia que mi chico era fuerte, con todo lo que había vivido en su vida debía de serlo. Pero una cosa es ser fuerte, hacer 100 abdominales cuando despiertas y saber como engañar magos para que ten den todo su dinero y una muy diferente era encontrarte con asesinos experimentados que proclamaban ser tus hermanos de sangre. No estaba seguro que el trauma de Adam hubiera sanado correctamente para que se presentara esto.

— ¿Josh?

— ¿Si?

— Ninah preguntaba — Dylan hablaba de forma lenta para asegurarse de que Ninah escuchara lo que estaba por decir. — si podía acompañarnos a la junta del Ojo el día de hoy. Le informe que solo dos personas de nosotros estamos invitados.

— Puede ir en mi lugar.

— Josh, hablemos esto en privado.

Y me tomo del brazo como si fuera un niño pequeño que había hurtado los dulces de la bolsa de su madre, su definición de privado era exactamente a unos pasos de ella pasando una de las repisas llenas de libros de la biblioteca enorme de la casa lujosa del Ojo. Hayden quería una biblioteca en nuestra casa remodelada de Nueva York pero nadie la respaldo, aun así habían repisas recubriendo mi despacho, todo para hacerla feliz.

— Perdió a su esposo, Dylan. 

— Por eso mismo, Josh.— dijo mi nombre de una forma extraña, como si tratara de regañarme.— Nunca había visto a Ninah tan fuera de si. No es una buena idea que ella me acompañe.

— Puedo acompañarte yo.

Recargado al final de la repisa con una manzana a medio comer en la mano y un libro de lo que parecía ser derecho en la otra estaba Daniel Atlas, con su cabello ahora largo como la primera vez que lo vimos en personas cuando ellos ni siquiera estaban al tanto de nuestro existencia pero con una ondas en este como si todo este tiempo hubiera sido de pelo rizado que no me sorprendería en absoluto.

— Danny aprecio tu preocupación pero no tenían que sugerir a nadie más en esta junta, Josh y yo iremos y no esta en discusión.

— Dylan, míralo, acaba de perder a uno de los suyos, al hermano de su novia, al que trata como hijo propio sin ser ni siquiera una década mayor. Esta deshecho, con ojeras que le llegan al piso y su cabeza da tantas vueltas que desde aquí no deduzco cuando pueda parar. — Me sentía ¿ofendido? — Tú has tenido descanso en estos dos días pero el no. Déjalo descansar.

The Real Steel // Segunda Parte de Los Nuevos JinetesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora