EL PAPÁ DE ESTHER

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TAMMY

Muevo mi cuerpo al ritmo de sexy robótica de Don Omar, Esther detrás de mi se mueve igual, paso mi mano por mi cabello alborotándolo para después mirar sobre mi hombro a mi amiga, medio sonrío y me acabo todo lo qué hay en mi vaso que ni siquiera se que es.

Mis manos van al borde de mi falda, sigo bailando y sutilmente la voy subiendo poco a poco, amo bailar, amo sentirme y ser sexy.

Hoy es mi cumpleaños número diecinueve así que mi mejor amiga y yo decidimos venir a un club, uno de los más exclusivos de New York, para embriagarnos y ligar, cosa que no le dijimos a nuestros padres.

—¡Voy al baño!— me grita Esther.

Me giro para mirarla, hebras de su cabello dorado se están pegadas en su cuello, en su rostro precioso se nota que ya esta ebria y claro que lo está ya que normalmente siempre se la pasa pensando en sus padres y lo feo que la regañarían si la miran así, pero ahora eso es lo que menos le preocupa, solo quiere divertirse.

—¡Voy contigo!— asiente y toma mi mano.

No nos dejamos solas, ni la dejaría sola aunque este sea el club más seguro del universo, jamás se sabe cuando puedes toparte a un loco o loca.

Caminamos juntas por el largo pasillo de luces rosas hasta que llegamos a la puerta del baño, entramos e inmediatamente Esther entra a un cubículo, yo me quedo mirándome en el espejo.

Me pongo de perfil y saco un poco el trasero admirando como me veo hoy, la falda blanca me queda bien y ni hablar de la blusa, todas las miradas se centran en mis grandes pechos, al inicio me preocupada por que no se me fuera a salir una ya que no tengo sostén y el escote es literalmente toda la blusa, pero con el tiempo se me olvidó, ahora que me miro en el espejo es cuando me doy cuenta que los listones que unen la blusa están más separados.

Sigo admirando mi belleza pensando en mi ego tan alto, ¿pero como no tenerlo si luzco como yo?

Paso los dedos por entre mi cabello para peinarlo un poco, escucho la voz de mi amiga así que supongo esta hablando por celular, que bueno, pensé que se había quedado dormida en la taza, después de unos minutos sale del baño.

—Tammy— se acerca triste —Mi mamá llamó, dijo que vaya a la casa— habla como niña chiquita.

—¿Por que?— comienza a lavarse las manos, batalla con el jabón así que la ayudo.

—Creo que mi papá no ha llegado y está molesta por eso, va a matarme si me mira llegar así— hace un puchero.

—Pasaremos a la tienda por algo para que se te baje, vamos.

—Te amo— besa mi mejilla —Perdón por arruinar tu cumpleaños.

—Está bien, ya nos divertimos bastante.

Salimos del baño y como ya es costumbre, robamos la mirada de todos los que están en el pasillo, incluso de los que están con sus novias.

Esther nos trajo en su auto así que esta vez soy yo la que conduzco de regreso, es claro que ella no puede conducir, aunque tomamos lo mismo, ella siempre se embriaga más rápido, ag, quisiera seguir bebiendo y bailando, pero ni modo.

La mamá de Esther siempre hace estos dramas cuando está enojada porque el señor Cavill no llega a su casa, no está de más decir que el papá de mi amiga es de dudosa reputación <<no me queda juzgar>>, en el sentido de la fidelidad y todo eso, he presenciado ya varias discusiones de ambos por el mismo tema, el señor Cavill es tremendo.

¿Y cómo no?, es un adonis, tan guapo, tan seductor.

Es hermoso en todos los sentidos, ese hombre es un mismísimo dios griego, con ese cuerpo ejercitado, la mandíbula bien marcada y esos ojos, dios, es único, hasta creo que ya me moje de solo pensarlo, a veces me siento mal por pensar así del papá de mi mejor amiga, pero es imposible no hacerlo.

ONE SHOT | HENRY CAVILL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora