Prólogo

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Tomioka es completamente consciente de que la vida vale un millón de veces más que cualquier objeto, sin embargo, no cree que eso termine de justificar el ser tan descuidado al momento de pelear.

Tengen está destruyendo todo a su paso, tener una misión con él ha sido la desgracia más explosiva y desastrosa que le ha pasado.

Incluso una parte de su antiguo ser se siente mal, una vocecita infantil le grita en la mente con cada cosa que destruye el pilar del sonido y encima en vano porque no logra hacerle daño al demonio escurridizo.

"A Tsutako le encantaría este lugar".

Lleno de flores, ungüentos, olores penetrantes, plantas y raíces de todo tipo; el lugar debe pertenecer a curanderas, incluso diría que a hechiceras por algunos objetos que logra ver antes de que exploten.

El maldito loco de las bombas apenas espera a que saque del lugar a las mujeres que no lograron salir a tiempo. Grita y dice algo sobre una partitura.

Sus nervios estallan cuando la pelea llega a un área reservada para animales. Hace lo que puede por minimizar los daños, ni siquiera se siente tan tonto cuando logra atrapar un recibiente antes de que caiga.

Ver que en su interior hay una ramita con una crisálida lo hace sentir un poquito mejor. Lo único que quiere es que Tengen deje de jugar y de destruir todo a su paso. Bueno, también quiere dejar de escuchar los gritos de sus esposas.

Cree que le va a dar migraña.

Cuando ambos se encargan del demonio siente como si una gran presión se liberara de su cabeza. Envaina, ignora por completo a la familia Uzui y hace el intento por marcharse cuando una manita lo detiene.

Una mujer anciana sostiene la punta de su haori, le está ofreciendo el jarrito que logró salvar. De todo lo que consiguió rescatar... la mujer le da una simple oruga.

—No es una simple oruga–.

Se crispa al escucharla, fue como si leyera su mente.

—Ya que la salvaste, ahora te pertenece. Protégela hasta que salga de su capullo, hablale del momento al que quieras ir y ella te llevará cuando la liberes–.

Toma el frasco convencido de que tiene cara de tonto. ¿Qué con ese cuento? Y sobre todo ¿Cómo que lo va a llevar a un momento?

—Cuando se acabe el tiempo, ella volverá para que tomes una decisión... Sólo recuerda, incluso el aleteo de una mariposa puede generar un tornado–.

Tiene cara de tonto y también debe serlo porque al salir decide guardar el botecito entre su pecho y el uniforme, está nevando y la crisalida podría congelarse si la lleva en la mano.

No es que haya creído en un cuento tan fantasioso pero ¿Tan malo es cuidando de otra vida? No tiene idea de cuánto tiempo ha pasado desde entonces pero su oruguita sigue sin salir como una hermosa mariposa

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No es que haya creído en un cuento tan fantasioso pero ¿Tan malo es cuidando de otra vida? No tiene idea de cuánto tiempo ha pasado desde entonces pero su oruguita sigue sin salir como una hermosa mariposa.

Hasta ese hecho tan pequeño e insignificante, como debería sentirlo, lo hace mucho más miserable.

Siente que va a morir antes de tiempo.

Le duele cada célula de su cuerpo, el entrenamiento de los pilares destruye su humor, salud y hasta la pizca de ganas de existir que aún le quedaban, quién sabe por qué. Lo que más quiere es ser de utilidad, morir si es necesario en esa última pelea pero que el fin llegue de una maldita vez.

Al menos le habría gustado ver que el capullo que ha estado cuidando por meses libera algo lindo y colorido. Shinobu le dijo que eso no debería tomar más de tres semanas, así que tampoco sabe por qué sigue cuidando del tarrito.

De pronto, como si el universo entero conspirara, el capullo se abrió y con ella una explosión dio inicio a la batalla final. Sabe que su querido patrón se ha sacrificado para ganar tiempo, que debería estar corriendo hacia el cuartel a toda velocidad.

Pero sus pobres manos adoloridas decidieron tomar el tarro. Una mariposa azul iluminó sus ojos, es mucho más linda de lo que pudo imaginar, presume sus alas mientras se mantiene en la ramita, a espera de recibir una orden.

Los vitales segundos corren, la mayoría de sus compañeros ya están en camino. Pero él abre el frasco, aguanta una lágrima y susurra con sus últimas esperanzas.

—Llévame a la última vez que fui feliz–.

Muzan x Giyuu porque tengo ganas de algo tóxico pero también con amor jsjs

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Gracias por leer ❣

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