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Jueves 7 de febrero de 2001

Pagué caro aquel "desliz". Después de que la Madre Superiora me sorprendiera con Carlos, dejándolo comer a escondidas cuando se suponía que debía estar en la cama, y sin atender yo a mis obligaciones como novicia, fue severa.

Le ordenó subir arriba y me llevó a la capilla, donde me reprendió duramente por mi desobediencia.

Yo me sentí impotente por no poder contarle la escena que había presenciado con el jardinero, pues le habría prometido a Carlos que no lo delataría. Pero sí traté de indagar sobre él, con sutileza.

Lo hice después de pasarme horas con ella en el confesionario, según ella para expiar mi culpa. Y traté de sacar el tema lo más casual e inocentemente posible, justo cuando ella me invitó a pasear por los jardines para airearnos un poco.

Sin embargo, su reacción no fue para nada como esperaba. La pregunta que le hice fue de lo más inofensiva, pues le comenté cuánto tiempo llevaba el jardinero trabajando para ellas y si era de fiar. Pero ella reaccionó a la defensiva.

A pesar de lo mucho que se esforzó por disimularlo, noté de inmediato que no le agradó que sacara el tema. Y hay que admitir que eso es raro, porque me dio la impresión de que actuaba como si...tuviera algo que ocultar.

Así que no he podido averiguar nada y eso me frustra...pero tampoco me he atrevido a intentarlo con las demás hermanas. Al menos no de momento. No me conviene crearme más problemas, sino que por el contrario es mejor si me gano su confianza.

Es por eso que he estado pasando más tiempo con ellas, en especial con la hermana Wanda, que quizá por su juventud es con quien mejor me entiendo. Fue ella quien me contó la terrible historia de Carlos ayer, cuando volvíamos de nuestros rezos matinales me invitó a dar un paseo por el jardín y si le pareció raro que le preguntara desde luego no lo demostró.

Y aunque traté de mantener la compostura delante de ella cuando me confesó que su madre lo había abandonado en un contenedor de basura, con pocas horas de vida, cuando estuve a solas en mi cuarto no pude evitar derrumbarme.

Es tan doloroso...tan cruel...no quiero ni imaginarme todo por lo que habrá pasado. 

Wanda tiene solo diez años más que yo y me parece la más comprensiva y cercana de todas las hermanas. Es un respiro contar con lo más parecido a una amiga que podría tener en este lugar.
Me aconseja repetidas veces que no le lleve la contraria a la madre superiora, lo cual no deja de resultarme curioso. Por la forma en que todas las hermanas se refieren a ella, pareciera más una carcelera que una guía espiritual.
Pero no soy nadie para juzgarla, una responsabilidad como la suya debe ser asfixiante...

Pero no es eso lo que he venido a contarte. ¡Estoy tan feliz!
La hermana Wanda me ha invitado a ser su ayudante en la clase especial que dará la próxima semana, en la que haremos una representación de cuenta cuentos para los niños. No veo la hora de que llegue el día, quiero arrojar un poco de felicidad en sus vidas.

✝️

Dios me ampare, acabo de pasar el susto más horrible de toda mi vida.

A eso se debe que escriba mi diario a tan intempestivas horas. Pero necesito desahogarme... la angustia que siento me impide dormir y me acongoja profundamente.

No sé qué haría sin ti, confesor íntimo de papel.

Se trata de Rhett, el último niño que acogió este orfanato... junto con su hermana Jacqueline, la única niña.

El diario de la hermana Marie✔COMPLETA  [+21] #0 Saga DiabolusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora