Junio de 2001.
Ni siquiera sé qué día es.
Solo que, tal y como predije, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribí.
Estos meses han sido los más duros de mi vida después de perder a mi bebé, con tan solo diecisiete años, a manos de mi propio padre.
Estuve distorsionando la realidad en ese entonces, ahora lo reconozco.
Dejé de tomar mi medicación y entré en un profundo cuadro de ansiedad y delirios.
Tuve que ser internada al atentar contra mi vida.
Y después...mi padre habló con las religiosas y les suplicó que hicieran una excepción conmigo a pesar del pecado tan grande que había intentado cometer.
Aseguró que me arrepentía de corazón, que mi alma quería abrazar a Dios y empezar de cero.
¿La realidad? Era que quería deshacerse de mí y de la vergüenza que llevé sobre su apellido. Pero no solo de mí, no. Lo que le hizo a mi hermano fue peor.
Mi hermano.
Mi vida.
El padre de ese niño que nunca pudo nacer.
El único que me amó de verdad.
Y mi mayor pecado.
Un pecado que nos condenó, pero que fue irreversible.
Ahora sé que este es mi castigo.
Apenas recuerdo nada de estos meses. Todo se ha reducido a medicación, encierro, soledad y mucha oración.
Esos han sido los deberes que me ha inculcado la Madre Superiora. Mi única visitante.
Tenía prohibidas las visitas porque, al parecer, soy demasiado inestable. He asustado a los niños y ahora no me quieren ver, dice.
No estoy segura de que pueda creerla.
No hasta que averigüe ciertas cosas por mi cuenta, al menos.
Pero ya no puedo cometer los mismos errores.
Esta vez seré silenciosa y discreta como una sombra, no les daré la oportunidad de volver a descubrir mis intenciones y hacerme parecer una demente.
Pero hoy hago una promesa con Dios por testigo; no me rendiré hasta descubrir toda la verdad que se encierra entre estas paredes.
Aunque me cueste la vida.
✝
Volver a reencontrarme con los niños ha sido un bálsamo reparador para mi alma atormentada.
Me han extrañado. Me han dicho que me han extrañado.
Todos ellos.
Incluso Carlos me ha dado un abrazo para después, ponerse muy serio y exigirme que no volviera a marcharme o me odiaría.
Por abandonarlo.
No lo ha dicho explícitamente, pero sé que en su pequeña mente inocente – aunque al mismo tiempo sorprendentemente despierta – piensa qué pudo haber hecho tan mal para que su mamá lo abandonara siendo solo un bebé.
Mi corazón sangra por él, porque no es culpa suya. Tengo que asegurarme de que lo sepa y que si de mí depende jamás lo voy a dejar. Ni a él, ni al resto.
El problema es que...no es algo que esté del todo en mi mano. Pero pondré todo de mí para pasar desapercibida.
Estos niños me necesitan y si mis peores sospechas se ven confirmadas entonces tendré que sacarlos de aquí, como sea.
✝
En la cena, he podido notar que Rhett tiene cardenales en los brazos, como si alguien lo hubiera agarrado demasiado fuerte. Aunque intenta disimularlo, Jacqueline ha estado llorando, tiene los ojos rojos e hinchados.
John no quiere comer y a nadie le importa. No se preocupan por cuidarlo.
Me ocupo yo, porque mi corazón se rompe al verlo tan desamparado.
Y mientras lo alimento y él enseguida se calma conmigo, me doy cuenta de que el jardinero irrumpe en el comedor para dirigirse directamente a la Madre Superiora y susurrarle algo al oído con demasiado secretismo.
Todas las hermanas miran a otro lado. Qué curioso; es lo que siempre hacen.
Tampoco me pasa desapercibido el hecho de que ella disimula unos cuantos minutos más – no llegan ni a diez – antes de levantarse y marchar a paso firme hacia el jardín.
¿Adónde irá?
¿Qué está pasando aquí?
✝✝✝✝✝✝
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El diario de la hermana Marie✔COMPLETA [+21] #0 Saga Diabolus
Mister / Thriller⚠️SE RECOMIENDA LEER ESTA PRECUELA DESPUÉS DE FINALIZAR LA CARA OSCURA DE NUEVA ORLEANS ⚠️