Un sábado cualquiera

593 53 13
                                        


Pansy Parkinson miró con odio una última vez a todos los allí reunidos haciendo especial hincapié en Malfoy que la ignoró como si no fuera más que un molesto mosquito.

— Esto no quedará así — dijo dando media vuelta.

— ¿Y qué vas a hacer Pansy? — Preguntó risueño Zabinni — Lanzar una maldición a alguien por despecho es una total falta de clase — La miró de arriba abajo — claro que yo siempre he pensado que eres demasiado tosca para estar en Slytherin, supongo que el que seas algo abierta de miras te mando a nuestra Casa y no a Hufflepuff — miró a Ernie y Hannah – Uh... vaya sin ánimo de ofender — Por su expresión era más que claro que no lo sentía para nada.

— Blaise eres un estúpido.

El chico solo rió al ver la mueca de Snape que bien podría pasar por sonrisa y se encogió de hombros.

— Yo también me voy — Dijo Neville mirando a Hannah completamente sonrojado — ¿Vienes?

La chica miró a Ernie

— ¿Seguro que estás bien?

— Claro que sí — se levantó incómodo porque todos le miraran — De hecho también me marcho, no fue una gran idea salir de la cama esta mañana.

Se fue refunfuñando por el camino contrario al que tomaron Longbotton y Abbott.

Snape les miraba con las manos unidas bajo su barbilla, casi sin parpadear.

— Señorita Lovegood — dijo de pronto mirando bien a la Ravenclaw como si hasta ese momento no hubiera prestado atención a su presencia — ¿Podría explicarme por qué está usted en pijama y con zapatillas?

Al momento todos giraron a ver a Luna, dándose cuenta de pronto, que nadie había reparado en su ropa o más bien falta de ella.

— Soy sonámbula — respondió con su voz aniñada.

— Maldita sea — gruñó Theo quien, ante la estupefacta mirada de los presentes, se quitó la capa y la colocó sobre los hombros de la rubia tapándola del cuello a los pies — Vamos Lovegood — añadió con brusquedad — Te acompañaré hasta tu torre.

La tomó del brazo y prácticamente la arrastró de allí ante la atenta mirada de los demás.

— ¡Todo un héroe! — le gritó Blaise recordando las palabras que la chica dijo minutos antes.

Draco coreó las risas del moreno a las que se unieron Ginny y Ron, para disgusto de Harry que seguía queriendo matar a Zabinni por las miradas que le dirigía a la pequeña de los Weasley

— Surrealista — La voz de Snape les devolvió a la realidad — Que situación tan completamente absurda — El profesor negó con la cabeza como si no diera crédito — Potter — dijo con disgusto — Venga conmigo.

— ¿Yo?

— ¿Hay algún otro Potter por aquí? — Dijo claramente molesto.

— No señor — Respondió Harry entre dientes.

— Por suerte para todos sin duda alguna — contestó el profesor arrastrando las palabras y haciendo reír a los dos Slytherins. Acompáñeme. Ahora.

Harry que estaba seguro de que le sometería a otra clase de Oclumancia, aquella asignatura especial que solo a él le era impartida y que se le daba francamente mal, le siguió a regañadientes despidiéndose de sus amigos con una sonrisa resignada.

— No te librarás fácilmente Hermione — le dijo Ron sin dejar de mirar con gesto de asco la estampa que presentaba la castaña con Draco a su lado.

Un sábado cualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora