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CLYDE DONOVAN
Después del baile de graduación mi relación con Craig se hizo oficial entre los integrantes del grupo, el unico que no sabía que no estabamos juntos era Jimmy, así que Craig y yo tuvimos que explicarle toda la situación.
Ya había pasado noviembre, desde entonces mi relación con Craig iba mejor de lo que esperaba, el siempre venía a mi casa, durante ese tiempo no hubo ni un sólo día en el que no nos vieramos.
Teníamos citas, ibamos a cenar, a karaokes, ibamos al cine, de vez en cuando al parque y así. Mientras que otros días cuando Cartman no era un intruso en mi casa el se quedaba a dormir y hacíamos pijamadas.
Como la de ayer, hoy era la graduación y en realidad ni siquiera estaba emocionado, me quería quedar durmiendo en la casa todo el día pero no me dejaban.
—Clyde ya levántate.—Dijo Tolkien pegándome con una almohada—
—Oye, deja de pegarle.—Renegó Craig—
—Sí Tolkien, deja de pegarme o te la voy a devolver, y no me importa si me llevan a la cárcel por pegarte. —Dije aún adormilado—
—Levanta ya tu maldito trasero, es medio día, no haz comido nada y dentro de poco es la graduación. —Me regaño—
—Ya déjalo Tolkien, entre más lo regañes menos se levantará.—El chico bufó y salió de la habitación después de que Craig lo echara—
—Cariño ya levántate, no es bueno que duermas tanto.
—Mmm, un rato más..—Dije y me dí la vuelta tapándome completamente con la sábana—
Escuché cómo Craig suspiró y empecé a escuchar pisadas, por un momento supuse que se iba a ir así que me relaje, hasta que me arrebató la sábana.
—Craigggg.—Dije alargando la g, el soltó una pequeña risa—
Me senté en mi cama de mala gana, el se sentó en la orilla y me miró.
—No te enojes, si no lo hacía no te habrías levantado.
—Está bien, no te preocupes.—Dije y restregue mis ojos—
Bostecé y luego lo miré, ambos hicimos contacto visual, ningúno decía nada así que hablé cuando vi una sonrisa en su rostro.
—¿Sucede algo?—Le pregunte desviando la mirada avergonzado—
—Es que te vez tierno recién levantado, me gusta tu cabello desordenado.
Sentí mis mejillas arder y solté una risa.
—Gracias, pero ya lo sé.—Hablé por instinto—
—Tambien me gusta tu egocentrismo, se que es parte de tí.—Dijo y se adentró más a la cama, yo lo miré extrañado pero él simplemente se acomodó entre mis piernas rodeándome con las suyas—
