»——————⋆◦★◦⋆——————« 📔┇𝐀𝐮𝐭𝐡𝐨𝐫'𝐬 𝐍𝐨𝐭𝐞: Antes de empezar quiero aclarar que yo no sé como se llama la hermana de Clyde, como tampoco sé que edad tiene debido a que solo una vez fue mencionada y en realidad nunca se le a visto en pantalla junto con el, así que yo le puse "Lindsay" y va a tener 17 por el momento.
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Narrador omnisciente
Un niño pequeño de cabello castaño se encontraba acostado en su cama, en su piel habían varios puntos de color rojo, ellos empezaban desde su rostro extendiendose por sus brazos y abdomen, el tenía una lucha consigo mismo para no rascarse y por esa misma picazón su madre le había comprado loción de calamina, un líquido rosa que se utilizaba para el sarpullido de la varicela.
El pequeño estaba realmente triste debido a que no podía salir de la casa ni para jugar con sus amigos, ya que ellos no querían contagiarse de la varicela (aunque de igual manera terminarían contagiándose por Kenny al siguiente año).
Las horas eran aburridas, el buscaba que hacer para matar el tiempo pero aunque jugara con la consola no podía evitar el aburrimiento, llegó a un punto en el que se encontraba acostado en la orilla de su cama con la cabeza guindando de está viendo todo de reversa, de la nada un ruido lo hizo salir de sus no tan profundos pensamientos, agarró su celular el cuál vibraba y se fijó quien era antes de contestar, para su sorpresa era Craig Tucker.
Hace un año atrás el chico conoció a Tucker, un chico de cabello azabache, ojos verdosos y siempre usaba un chullo azul con un pompón amarillo en la parte de arriba, el era algo serio y seco al principio pero conforme pasaba el tiempo el se desenvolvía con el castaño, sus conversaciones siempre trataban de temas triviales, ya saben, lo que normalmente unos niños de 6 años hablarían.
Hasta que un día empezaron a hablar de cosas que les gustaban, Clyde quedaba hipnotizado por el brillo en los ojos de Craig al hablar de las constelaciones, nunca había visto ese brillo en sus ojos, ese azabache realmente amaba la astrología, verlo de esa manera, con una sonrisa en su rostro, con sus pupilas dilatadas y de la forma en la cuál se expresaba fue lo que hizo que el chico de ojos cafés sintiera una extraña sensación en su interior, no sabía que era pero se sentía realmente feliz de estar al lado del chico.
—Hola?—Donovan había contestado la llamada luego de unos largos segundos—
—Hey Clyde!, ¿Como estás?—Preguntó del otro lado el azabache—
—Mmm, de la mierda, todo me pica y lo peor es que no me puedo rascar, siento que la calamina no me está ayudando para nada—Dijo con una mueca—
—Uhh, que mierda, oye que te parece si voy a tu casa?
—El castaño se levantó de golpe sentandose en la cama—¿Estás loco?—Preguntó—
