12. Fugas de leche.

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Hi~ Me da penita subir este capítulo hoy considerando que es el cumpleaños de Ash y es uno de los capítulos más meh de la trama, muy de transición pero abre puntos super importantes para el futuro así que no tuve mucha opción en ese sentido. Hemos hablado mucho de un ambiente validante y respetuoso en el fic, siempre recalco que ningún sintoma ni del PTSD ni ningún otro transtorno es voluntario o deseable, no man, no basta con "pensar positivo" para curar la depresión. Así que si usted puede, qué bueno, pero eso no significa que todos podrán con la misma facilidad y es igualmente valido, van a cachar porqué esta nota altiro en el capítulo. Pero eso.

¡Espero que les guste!

—Ash quiere tener sexo

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—Ash quiere tener sexo. —Eiji deja caer esas palabras en la consulta como si fuesen proyectiles, las vislumbra descender desde su boca hacia las pulcras esteras azuladas, la palma del aludido se crispa entre la suya, está sudorosa y caliente, lo ha puesto nervioso.

—¿Qué? —La terapeuta parpadea, acomodándose los lentes sobre la nariz, deteniendo el lápiz azul.

—Sexo. —Repite—. Ash quiere tener sexo conmigo.

—Podrías decirlo con más tacto. —Entonces le susurra con las mejillas realmente rojas, la imagen le es adorable, siempre le ha fascinado la manera en que su esposo puede ser tan defensivo con ciertos temas y tan vulnerable en relación a otros, le recuerda a esa noche donde se burló de las calabazas.

—Perdón, ¿cómo preferirías que lo dijera?

—No sé, con más tacto.

—Mhm. —La tensión impresiona vencer al más joven, quien procede a soltar un refunfuñado contra sus dientes—. No se me ocurre cómo más decirlo.

—Quiero tener sexo con Eiji. —Se pellizca el entrecejo, diez tonos más rojos—. No, aún suena bruto.

—¿Me quieres hacer el amor?

—Deberían censurar esa palabra, suena a novela de los años cincuenta.

—Le quitas el romance. —Eiji se burla, golpeando con su propio hombro el antebrazo de su esposo, consiguiendo que se relaje y le arroje su sonrisa que tanto adora, sí, la que desprende una luz interna tan grande que sobresalta sus pecas de niño, hace relucir su piel con un etéreo angelical y casi marfil.

—¿Acaso había algo de romance en tirárselo así a la terapeuta?

—Probablemente.

—Idiota. —Ash sonríe—. Eres un idiota, onii-chan. —Eiji está enamorado de esa sonrisa, bueno, está enamorado de todas sus sonrisas en realidad.

Las sonrisas irritadas que proyecta cuando lo arrastra semidesnudo de la comodidad de sus sábanas hasta la ducha (incluso embarazado, no ansía que lo primero que su bebé note de papá sea el aroma) sí, las reconoce por la tensión en sus dientes, lo afilada que se torna esa mirada y su agarre, cualquier otro miembro de la pandilla huiría considerando la brecha, porque, aunque Ash es líder, las personas no quieren salir con él, no siendo "amigos", pero Eiji no es un miembro de su pandilla ni un "amigo".

All too well [Agosto de MPreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora