Mientras la pareja disfrutaba de sus días en la villa italiana el padre de Victor se encontraba furioso, no pasaba un día en que no maldijera al nuevo esposo de su hijo, él pensaba que había hecho el negocio de su vida pero ahora no estaba tan seguro, la manera en que Yuuri lo había tratado simplemente por querer divertirse un poco fue algo desconcertante para él, otros alfas que él conocía dejaban que sus socios jugaran con sus omegas sin ningún reparo, al parecer este alfa era territorial, porque enamorado no lo creía, nadie podía enamorarse del inútil de su hijo, si, tal vez lo había mandado entrenar en lo básico en varios sentidos pero su objetivo jamás fue que tuviera ningún poder real fuera de ser la maquina incubadora que le diera nietos dignos herederos de dos mafias, sabía muy bien que aun con todo lo que luchaba algunas partes de su territorio y de sus allegados estaban comenzando a alejarse, buscaban nuevas alianzas, el necesitaba el poder que Yuuri y la Yakuza le darían, claro aprovechó que el alfa no despreciaría el tener poder en más territorios, el tener a un omega de tan alto rango como Victor, para Alexei esa era su moneda de cambio más valiosa y ahora que tenía, nada, pero lo quería todo, cuando Yuuri regresara de su viaje pensaba hablar con él, poner las cartas sobre la mesa, por su mente no podía pasar el que quisiera algo real con su hijo, el amor no existía para ellos, solo el poder, seguramente el alfa simplemente quería pasarla bien, tener a Victor a sus pies, manipularlo, si eso era, nadie podía realmente quererlo y menos amarlo, decidió sacarse de la cabeza que Yuuri podía ser un alfa así, ahora se dedicaría a sus asuntos y ya tendría tiempo de aclarar todo al regreso del líder de la Yakuza para que todo quedara en paz entre ambos. Sin embargo al seguir trabajando días más tarde se dio cuenta que los problemas dentro de su organización eran más graves de lo que pensaba, mientras sus allegados le confirmaban la disminución de tratos exitosos, los socios le daban la espalda, esto más que nunca le demostró lo apremiante que era tener al líder Yakuza de su lado, el poder que en el pasado ostentaba se le iba de las manos, sabía muy bien la razón, ni muerta la madre de Victor dejaba de causarle problemas, tal vez debió desaparecer a su hijo pero ahora era muy tarde, solo podía planear el siguiente paso para mejorar sus relaciones con todos los socios dentro y fuera de la organización, entre tantos problemas uno era el que le llamaba singularmente la atención, uno de los socios más antiguos, allegado a la familia de su esposa, ese que extrañamente siempre estaba ahí aun para Victor, ese niño que desde que nació se volvió un problema, verlos a su esposa y el juntos siempre le recordó lo que más odiaba en el mundo, por eso no perdió la oportunidad de quitarle al omega lo que más amaba y eso era sin lugar a dudas su madre, ver la mirada del pequeño Victor cuando encontró a su madre le causo un inmenso placer, ese pequeño de cinco años no habló por otros cinco gracias a esa experiencia, fue el instante donde pensó que había doblegado ese carácter que había sacado a su madre, pero estaba muy equivocado, cometió errores, uno de ellos dejar que el hijo de su mano derecho fuese alguien cercano, siempre fue extraña la relación de esos dos, pero gracias a Chris el omega floreció y se volvió alguien difícil de controlar, sin embargo él ya tenía para ese entonces otros métodos para contener a Victor, los cuales eran bastante efectivos salvo las ocasiones en las que ambos omegas lograban escapar, la única razón por la que Chris seguía vivo era gracias a la lealtad de su padre para con él, de otro modo ese chico estaría fuera de su camino hacia mucho tiempo, sin embargo ahora era el momento de poner en marcha el mejor de los planes, uno que le traería una gran satisfacción cuando lo viera realizado al fin. Mientras en la villa y muy lejanos a todo lo que sucedía con el padre de Victor, los días transcurrían llenos de actividades, de mañanas en la playa y tarde en los jardines disfrutando de la brisa, del olor a mar, a paz, Victor jamás había disfrutado tanto, su alfa le permitía todo, hasta Chris estaba más sonriente de lo normal, al parecer Phichit era el complemento perfecto de su amigo, ambos tan alegres que cuando jugaban en la piscina con él y Yuuri no paraban de reír, el omega sentía una profunda tranquilidad que le permitió bajar sus defensas, cada día conocía más de su alfa y en consecuencia su alfa lo conocía un poco mas siempre respetando cuando Victor parecía no querer hablar más, le daba su espacio, lo respetaba como persona, también tenían momentos serios sin embargo no eran tantos, solo cuando hablaban de los negocios de sus familias. Algunas tardes cuando Victor se encontraba solo, solía salir al jardín, tomaba ese rico té de la familia y leía alguno de los libros de la gran biblioteca, eran en esos momentos que recordaba a su madre, es verdad era pequeño pero tenía vividos recuerdos de ella, en algunas ocasiones podía jurar que sentía el aroma tan distintivo de ella, cerraba los ojos y se imaginaba que la brisa acariciando su rostro era su madre, que el aroma que llegaba era el suyo, que ella aún se encontraba a su lado cuidándolo como le había prometido por última vez recién unas horas antes de perderla, algunas noches aún soñaba con el día en que entro a la habitación de su madre después de que la nana lo llevara a sus clases con su tutor, subirse a la cama encontrando a su madre aun en ella fue extraño pero siendo tan pequeño no lo pensó mucho, quería mostrarle sus excelentes notas del día y entonces se dio cuenta, su madre estaba muy fría, tenía los ojos abiertos pero por más que la llamara no lo miraba, fue entonces que comenzó a gritar y salió corriendo en busca de su nana, no de su padre, nunca de él, sino su nana quien al escucharlo gritar fue a su encuentro entrando con él a la habitación, Victor no recuerda mucho más allá de esa escena, después todo se vuelve gris, fueron muchos años en los que vivió entre las sombras de la voz y el calor de los brazos de su madre, sumido en un silencio del cual Chris, su fiel amigo pudo sacarlo, en verdad tenía mucho que agradecerle ya que sin él no sabía dónde estaría en estos momentos, ciertamente no disfrutando de un matrimonio que pensó condenado desde el inicio pero que se volvió lo mejor que le pudo pasar dadas sus circunstancias. El omega estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta que comenzaba a obscurecer, normalmente Yuuri iba por el para entrar a la villa y cenar juntos, sin embargo ese día al parecer los negocios habían consumido su tiempo un poco más de lo normal, de pronto un sonido lo alertó, un dardo apareció en su visión periférica y eso lo hizo levantarse de inmediato dejando el libro que leía tirado en el lugar, giró para ver de dónde vino el disparo pero no pudo dar con el lugar, de pronto escuchó pasos en la grava poniéndose alerta, unos hombres se aproximaban, lo cual lo dejó inmóvil, de nuevo le dispararon y ahora el dardo le dio en el hombro haciéndolo trastabillar, apretó la mandíbula decidido a no dejarse vencer y mientras tomaba la bandeja metálica en la que se encontraba su té para almenos defenderse, se quitó el dardo del hombro, era metálico así que si lo que querían era llevárselo, el daría pelea, no era tonto, sabía que no resistiría mucho, por esa razón por medio de su vínculo con su alfa pidió ayuda, los hombres avanzaban, no parecían tener armas en la mano confiados en que el dardo había dado en el blanco, sin embargo Victor no dudaba de que traían alguna encima, el primero de ellos se decidió y avanzó rápidamente hacia él, con la bandeja el omega le dio un golpe y comenzaron a luchar, al parecer no habían calculado bien pues el somnífero del dardo no había noqueado a su objetivo, mientras Victor trataba de quitarse a esos hombres de encima Yuuri en su despecho sintió a su omega llamarlo, la desesperación de Victor lo hizo levantarse en unos segundos, siempre llevaba armas encima pero decidió tomar una más y dirigirse al jardín a toda prisa llamando en el camino a sus guardias, al llegar al jardín vió a Victor apenas luchando, se notaba debilitado, por su parte el omega ya no podía más, su vista estaba nublada y sus movimientos eran poco coordinados, pudo sentir la cercanía de su alfa y susurró – Yuuri ayuda—para caer de rodillas sin poder dar más pelea, en ese momento el alfa vio rojo pues los hombres enseguida rodearon al omega tomándolo entre varios para llevárselo, un gruñido salió de la garganta del alfa quien corrió como nunca antes sacando su espada para atravesar al primer hombre que tontamente intentó atacarlo, con la otra mano sacó su arma disparándole a otro exactamente en el pecho, sus ojos eran rojos, parecían fuego, su movimientos calculados, certeros, uno a uno los secuestradores fueron cayendo, Victor estaba en el suelo despierto pero apenas, solo su fuerza de voluntad impedía que terminara inconsciente, el ver a su alfa dejando salir su naturaleza era como una danza, una muy macabra, fuerte, imponente, poderoso, hasta llegar a él para hincarse a su lado – Victor, mi amor estas bien – los hombres de Yuuri se encargaban de los cuerpos y otro había logrado capturar a quien le había disparado el dardo a Victor, ese era el único que había sobrevivido a la furia del alfa.
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DANGEROUS LOVE
FanfictionHISTORIA DE ACCIÓN Y ROMANCE ENTRE YUURI LIDER ALFA DE LA MAFIA YAKUZA Y VICTOR UNICO HIJO OMEGA DE LA BRAVTA