Capítulo 2.

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Cama-nido de Izuku como la de la imagen de arriba de referencia.

(...)

-Espero que no haya esperado demasiado por nosotros, -Shindou dijo-, venimos lo más pronto posible, mi hermano es graduado con honores de la Casa flor de loto y ha decidido tomar el importante trabajo de cuidar al pequeño príncipe.

Después de que el alfa de cabellos negro informase quién era Izuku ante los demás, solo les tocó esperar lo que dijera el enigma. El silencio que reinó el salón les pareció interminable a ambos, pero no mucho después se escuchó un murmullo y como si alguien chasqueara la lengua.

-De pié. -ordenó el emperador y los hermanos Midoriya se levantaron, Izuku volvió a colocar sus manos juntas y miró hacia arriba topándose sin querer realmente con los temibles ojos rojos del enigma-. Así que ese es el omega prodigio de tu familia.

El pecoso sonrió amablemente, un pequeño sonrojo cubrió sus mejillas pálidas haciéndolas vistosas a los ojos de cualquiera. Aún así no apartó su mirada del emperador, quizás no fuera a reconocerlo más adelante, pero al menos podría grabar lo increíble que es en su memoria ahora, incluso su voz era fuerte y profunda, ¡Fascinante!

-Majestad, debo decirle que está en lo correcto, Izuku siempre ha honrado a nuestra familia desde joven y estamos seguros que su preciado primogénito estará asegurado bajo su supervisión. -Shindou dijo con orgullo, y Katsuki solo lo vio, como si estuviera analizándolo a detalle, la mano del rubio acariciaba su mentón de modo pensativo.

Al final el enigma miró al guardia de cabellos rojos y le hizo un ademán con la cabeza, al parecer el pelirrojo entendió a la perfección lo que quería el rubio porque solamente hizo una reverencia antes de retirarse por una puerta corrediza que había a un costado de la sala. Un segundo después, la atención del rubio estaba puesta sobre ellos nuevamente, un inicio de sonrisa ladina se dibujó en su rostro por primera vez, algo altanero y mezquino.

-Veamos cuánto de lo que dicen de ti es cierto. -dijo el enigma justo cuando la puerta corrediza por la que salió el guardia se abrió de nuevo, había un débil llanto de cachorro en el aire, parecía ser de uno bastante agotado-. Por lo que me han informado los incompetentes de mis sirvientes omegas, Katsuo no ha comido bien en toda la mañana, no deja de llorar y parece estar irritado por todo, tuve que sacarlo de la sala ya que me estaba sacando de quicio antes de que llegaran.

Una Omega temblorosa de cabellos naranjas entró con el pequeño príncipe en brazos, ella estaba tensa y nerviosa. Caminó despacio hacía ellos sabiendo que podría ser la última vez que pasaría ese palacio al no ser capaz de cuidar de un bebé. Los otros sirvientes fueron echados a la calle por eso.

-Adelante omega, si puedes al menos calmarlo o dormido el trabajo será tuyo, sino... -el silencio lo dijo todo, fue una amenaza implícita tanto para él como para su familia.

Sin embargo, Izuku con solo ver al príncipe Katsuo ya sabía lo que le ocurría. La madre del pequeño murió en cuanto lo dio a luz, y un cachorro recién nacido necesitaba del aroma lechoso que producía su madre para calmarse y sentirse seguro. Puede que el cachorro apenas esté llegando a su mes, pero por su tamaño se veía desnutrido.

Notando a la omega que lo trajo de antemano puede deducir que antes ellos habían fallado en cuidarlo por una simple razón. El miedo, el temor de tener al hijo del enigma más temido de todas las tierras se filtraba en sus aromas, lo que hacía molestar al cachorro ya que no sentía ese dulzón relajante de una madre.

Un omega puede transformar poco a poco su aroma a leche y flores si el bebé se acopla a ese omega y se imprime en él. Sin embargo, el más mínimo estrés y miedo en el aroma de los omegas, independiente de su madre biológica ya que ese aroma a leche les perdura después del nacimiento un año, hacía que el pequeño los rechazará de inmediato.

Jerarquía. (Katsudeku/Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora