Capítulo 14.

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Comentarios xfa, hormigón colaboró mucho hoy 🐜✨

(...)

Era un hermoso día, a pesar de hacer frío y que el cielo esté un poco nublado, había un cierto brillo en el aire que hacía ver todo con una belleza sin igual. El rocío helado en las hojas y ramas de los árboles resplandecía como si fueran diamantes, dándole un toque majestuoso.

Aún así, entre todo ese paraíso, Izuku miraba el horizonte sintiéndose melancólico, tenía un deseo de estar en su hogar, sentirse seguro allá con la protección de sus padres y hermano. Lastimosamente ninguno estaba en la capital, en esas fechas siempre había una feria en su ciudad.

Mayormente patrocinada por los nobles y entre ellos los más famosos seigake de Kamino, los Midoriya, eran invitados principales y no podrían faltar a esa tradición. Desafortunadamente Izuku no iba a asistir ese año, no podía ver a sus amigos, y en cambio tenía que quedarse allí solo, por un par de semanas, otra vez.

No estaba tan entusiasmado como al inicio, ir a su habitación le daba cierto pavor y ni que decir de la inevitable noche que llega todos los días. Desde hace un par de días se tomaba un té para dormir profundamente y no tener que despertar hasta que el sol saliera, prefería simplemente despertar sintiéndose raro, imaginar que nada nunca ocurrió, a despertarse sin querer a media noche estando consciente de lo que él le hacía.

Izuku sentía que estaba en una jaula de oro, rodeado de tantas riquezas y buenos tratos, pero eso solo enmascara los barrotes dorados que lo rodeaban. Una venda cubría sus ojos y su boca, no podía mostrar lo que veía y no podía gritar lo que le hacían. Las vidas de sus seres queridos dependían de un delgado hilo, lo peor del caso era que Izuku tenía ese hilo entre sus dedos.

Si se rompía o si se soltaba de sus manos, toda la culpa la tendría él. Era frustrante, el peliverde podía sentir la presión sobre sus hombros, lo hundía en un pantano lodoso y pronto se quedaría sin poder respirar, tan sofocante.
Izuku suspiró, no sabía cuántos días hacían falta para que volviera su padre, esperaba que fuera pronto, el sol parecía empezar a caer y eso no le agradaba mucho al peliverde.

-Izu, -la suave voz de Eri lo sacó de su nube color gris y lo hizo voltear hacia ella-, llegó una carta desde Kamino.

(...)

Sinceramente, Ochako puede decir con toda verdad que no tuvo una muy buena vida desde que era joven. No era pobre exactamente, pero su madre siempre había tenido un cuerpo débil y eso hacía que la mayoría del dinero que ganaba fuera gastado en medicinas.

Entonces eso se volvía un desperdicio, anhelaba poder comprarse esos bellos kimonos que veía en las tiendas, llenos de encajes florales tan delicados y finos, pero no podía, los precios altos y los gastos extras en hierbas hacían imposible adquirir uno de ellos.

Lo que, básicamente, la convertía en la "pobretona" de su barrio, mientras los demás omegas estrenaban bellas prendas nuevas todos los fines de semana con la paga de sus trabajos o la ayuda de sus padres, Ochako solo podía mirar y desear, los demás se reían a sus espaldas de sus viejas ropas, algunas heredadas de sus primas mayores o de la tienda más barata.

Fue horrible. Solo haciéndola querer y envidiar más, sobre todo a los nobles, nunca había visto a un omega de clase alta vistiendo el mismo atuendo dos veces, con sus telas bordadas con hilos que parecían oro, sus elegantes abanicos y sus maquillajes impecables.

Los ojos de Ochako brillaban cuando veía pasar un palanquín, alfas y betas fuertes cargando con la más suave delicadeza a un preciado omega vestido con oro. Ellos sudaban y se esforzaban mientras que el de rango más alto solo abría levemente las cortinas y los veía de reojo sin soltar una gota de agua de su frente.

Jerarquía. (Katsudeku/Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora