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Advertencias: Draken x Emma
Día 4
𖥸
Emma nunca había visto a Mikey tan rebosante de felicidad como ahora, hasta cuando despertaba podía notar lo feliz que era. Algo que alegraba mucho a la rubia, ya que después del dolor de perder a su hermano mayor en un accidente de motocicleta hace más de veinte años atrás, algo en Mikey había cambiado, y que a pesar de que habían pasado tanto tiempo, Mikey parecía no olvidarlo nunca, como si toda la tristeza se hubiera arraigado a su alma, así que verlo sonreír tan ampliamente desde tan temprano, tan diferente a otras veces era algo que la dejo muda.
Además porque había entrado al comedor bañado y bastante arreglado, algo que noto por lo perfumado que estaba y su cabello negro bien peinado.
— ¿Vas a algún lado, Mikey? —, ella pregunto mientras acomodaba los platos.
— Sip —, esa fue su única respuesta para después sentarse en una de las sillas, —¿Y Kenchin? —, el pelinegro tomó un bocado del pan tostado en la mesa.
— Se fue temprano a abrir la tienda —, ella se sentó una vez que todo estaba servido.
Mikey hizo un zumbido como respuesta, recordando que solía abría temprano la tienda de motos.
Emma lo miro como si en cualquier momento se transformaría al mismo de siempre, pero viendo como no era el caso simplemente lo dejó ser, y se dispuso a comer su desayuno.
Poco después de la boda entre Emma y Draken, el abuelo murió de vejez, dejando solo por completo a Mikey, por lo que ambos habían decidido dejar que viviera con ellos, sabiendo que el pelinegro no podría vivir por su cuenta debido a su propia estabilidad mental, y que sería peligroso dejarlo solo.
Así que él había estado viviendo con ellos durante un largo tiempo, no sabiendo cuando Mikey podría volverse un adulto funcional con la suficiente capacidad de hacer de su vida.
Pero desde hace unos pocos días Mikey salía más, así que pensaron que estaría viéndose con alguien, algo que un principio les preocupo, pero viendo que estaba cambiando a Mikey para bien, simplemente dejaron que siguiera viéndose con la persona misteriosa.
— Así que… ¿volverás a salir? —, pregunto intentando lucir desinteresada.
Mikey se río emocionado, — Sip —, otra vez una sola palabra como respuesta frustró el intento de Emma de sacarle algo de forma casual.
— Y, ¿vas a ver a alguien? —. Ella lo intentó una vez más, recibiendo solo un asentimiento de cabeza y un visible sonrojo que la alertó ante un posible romance. — ¡¿Estas bromeando?!, ¡¿Es linda?!, ¡¿Trabaja?! ¡¿Cómo se llama?!, cogh, cogh… digo, ¿con quien te veras, Mikey? —, la sutileza de su hermana le sacaba demasiadas risas.
