Familia

420 30 2
                                    

Advertencias:SecuestroInsinuación de canibalismoObsesión enfermiza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Advertencias:
Secuestro
Insinuación de canibalismo
Obsesión enfermiza

Día 5

𖥸

Takemichi era un niño que disfrutaba de correr por el parque con una sabana atada al cuello, fingiendo ser un héroe que salvaba el día.

Podías verlo correr de ahí para allá, acariciando gatitos y metiéndose en peleas como todo héroe.

Era un obstinado niño que quería volverse todo un héroe como los que veía en televisión, quienes salvaban el día con una radiante sonrisa, persiguiendo todo el mal. Ese era el tipo de héroe que quería ser, uno que jamás se rendiría y que permanezca siempre de pie.

Sin embargo, se topó con alguien que no necesitaba ser salvado nunca.

Lo había visto llorar tan triste por la pérdida de su madre, así que temeroso a sus palabras trato con él lo mejor que pudo, tratando de sacarlo de su estado tan oscuro y consolar aquel niño de ojos obsidianas. Le había parecido tan pequeño allí sentado abrazando sus piernas, por lo que el héroe buscaba alegrar los días futuros haciéndolo sentir querido.

Sin darse cuenta que Manjiro era la última persona que debió tenderle la mano.

— Takemitchy siempre será mi héroe —, el rubio sonrió sonrojado.

Aquellos ojos de un negro carente de brillo lo hipnotizaron, y tomando su mano se dejó guiar tan ciegamente. Igual que una polilla siguiendo la luz.

O tal vez más como una mariposa siendo atrapada por una araña.

El niño le hablo con una voz sedosa, —Desde ahora estaremos juntos siempre —, sin comprender realmente el trasfondo de aquellas palabras.

Él fue llevado a la casa de Manji-,  quiere decir, Mikey, como le había dicho que lo llamara.

La casa era enorme, dejando sorprendido al azabache, tan acostumbrado a las casas más modestas de su vecindario. El rubio le dio un recorrido por todo el lugar. Primero pasaron por el amplio jardín de la entrada, el cual tenía una gran variedad de flores de colores vistosos, difícilmente pudiendo reconocer alguna de ellas, pero no dejando que eso evitara admirarlas y olerlas, trato de tomar una entre ellas con la idea de poder regalárselo a su madre.

— No —, su mano fue sostenida duramente por Mikey, quien lo miraba tan aterradoramente serio.

Takemichi trago saliva, nervioso por molestar a su amigo.

Mitake week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora