Peli y palomitas (pendiente Edición)

Capítulos 21-26

CAPITULO 21

Me despierto al escuchar el sonido de mi alarma pero se apaga en seguida, remoloneo un poco más en la cama hasta que soy consciente del día que es. Me levanto como un resorte, un poco desubicada también, y veo a mi amigo sentado en la cama riéndose con una taza en la mano.

- Tranquila, que es pronto, toma -, me ofrece una taza de café calentito que huele a gloria -, ¿conseguiste dormir algo?

- No me he despertado hasta ahora -, digo desperezándome y tranquila al ver que son las ocho de la mañana -, tienes el poder de dormir a las mujeres.

- Eso no habla muy bien de mí.

- A mí me viene de maravilla.

- ¿Y piensas hacerme video llamada a las dos de la mañana para que te abrace virtualmente desde aquí?

- Muy gracioso, allí dormiré genial, me voy a la ducha -, digo levantándome de la cama.

- No, primero a desayunar -, dice agarrándome del brazo y dirigiéndome a la cocina.

- Ya me he tomado el café, no tengo hambre.

- No te he preguntado.

En la barra de la cocina hay un montadito de bacon con queso fundido, me llega el olorcito y me ruge el estómago. Esto sí que entra bien por la mañana.

- ¿Y por qué no me quedo aquí a vivir contigo? -, pregunto al aire mientras cojo el bocadillo.

- Yo sin sexo no vivo con una tía.

- ¿Cuánto llevas sin follar?

- Vaya conversación matutina, pues demasiado, y por tu culpa además.

- Por mi culpa dice, eres tú el que se empeñaba en ver la serie todos y cada uno de los días, podíamos haber descansado alguno para que cubrieses tus necesidades con alguna amiguita.

- Tranquila, hoy se acaba mi abstinencia -, dice riéndose malvadamente -, lo malo es la tuya -, sigue carcajeándose.

- Eres un capullo -, digo señalándole con el dedo.

Cuarenta minutos más tarde ya he desayunado, me he duchado y estamos listos para irnos. Tengo un dolor de tripa horroroso de los nervios, pero son nervios buenos, de los que molan, de los que denotan aventura y ganas. Doy un gritito y me subo a caballito encima de Thor, este se ríe y baja las escaleras conmigo a cuestas, yo voy gritando por el portal mientras me río a carcajadas.

- ¿Vamos cada uno en nuestro coche?

- No, vamos en el tuyo, luego me traerán tus padres -, dice sonriente, lo tienen todo amañado ya.

Mis padres están en casa ya vestidos y preparados.

- Si solo son las nueve, ¿qué vais a hacer hasta las once que nos vayamos?

- Os esperábamos para desayunar -, dice mi padre, yo abro la boca para decir que ya hemos desayunado pero Thor me corta antes de que pueda pronunciar nada.

- Vaya, que bien, con el hambre que tengo, que buena pinta tiene todo, gracias -, se sienta y se pone en el plato una tostada y empieza a untarse mantequilla.

- Vamos niña, siéntate a desayunar, tendrás que irte con el estómago lleno.

- Sí, claro -, me siento y hago lo mismo.

Mi amigo se come dos tostadas, un croissant y otro café mientras tiene a mi hija en brazos y juega con ella, yo tan solo una tostada y otro café también.