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Narra Dusan:

- Vaya por Dios la única visita que me dejan en todo el día y has venido a aparecer tú - protesta antes de sentarse enfrente de mi y yo sonrió levemente - estarás contento ¿no?, te acabas de cargar la vida de Danny con solo una llamada, espero que estés orgulloso.

- ¿Cómo te has enterado de que los llame yo? - pregunto antes de asentir con mi cabeza al darme cuenta de quien había sido - parece que a tu pareja si lo dejan también entrar a visitarte.

- Habla claro Dusan, después de tu cagada de ayer has venido aquí por algo y la verdad es que prefiero pasar el tiempo encerrada a pasarlo hablando contigo - aclara y yo me trago la saliva nervioso - pregunta de una vez, ¿que quieres saber?

- ¿Por qué lo he hecho tan mal al llamar a sus padres?, a todos os parece que he llamado al diablo y yo no puedo entenderlo - hablo y ella suelta una risa agria - Raquel entiendeme busque su apellido y lo primero que salía eran sus padres pidiendo ayuda, mi cabeza no era capaz de razonar como llamandolos iba a hacerlo tan mal, estaban preocupados por ella.

- ¿El chico con el que se iba a casar?, era una boda planeada por sus padres, no estaban preocupados por Danny, solo les preocupaba su cuenta bancaria - explica y yo la miro a los ojos - ¿su claustrofobia?, el chico la encierra en un cogelador viejo que tiene en su desban cuando según él no se porta bien.

- Raquel - intento hablar pero la chica niega con su cabeza y se levanta caminando hacia la puerta - ¿que puedo hacer?

- Yo la cambie hasta de continente, de nombre, de tinte de pelo, no sé que puedes hacer tú cuando ya has metido la pata hasta el fondo.

Narra Danny;

- Estamos esperando a mi abogada - aclaro y él me mira serio - no voy a volver a dejarte hacerlo todo bajo tu voluntad, dos veces no me coges de tonta.

- Bueno se creció la princesita - habla mirándome serio y yo le planto cara intentando mantenerme tranquila - sigues sola Danny, nada de lo que intentes contra mi te va a funcionar y lo sabes tan bien como yo.

- ¿Se aparta de mi cliente? - escucho la voz de Ana y yo sonrió levemente - porque no está lo suficiente cómoda para que esté así, y como ella no le ha pedido que se acerque alejese antes de que me de por tomar medidas contra ti y acabemos en juzgados de verdad ¿no?

- Siento el retraso - comunica Paulo al entrenar - es que he tenido que ir a aparcar a la otra punta de la calle madre mia.

- ¿Se puede saber que haces aquí? - cuestiona serio y yo sonrió cuando el argentino se coloca a mi lado - esto es una reunión privada, así que salte antes de que llame a seguridad.

- Soy el padrino ¿recuerdas?, tú tenías a este - mira al chico de arriba a bajo antes de encogerse de hombros - y yo le ponía la clase a la boda.

Cita A CiegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora