Esposo ejemplar

One

-Kojiro, tu esposo es realmente hermoso...¿no temes que llegue a serte infiel?

-¡Por supuesto que no!, yo se que mi esposo seria incapaz de engañarme. Él es un buen hombre, yo confío plenamente en él.

-Hombre, si que estas enamorado.

—Estoy tan confundido...

—Vamos, no pienses en nada de eso. Solo vive el presente y relájate, deja a tu cuerpo fluir como tal río...
Murmuro Hades mientras se apegaba y abrazaba la delicada figura de Poseidón, recargando su cuerpo contra el de hebras rubias haciéndole percibir su virilidad y con libertinaje; el albino paseó su áspera lengua contra el cuello contrario.

—¿Qué crees que haces? ¿Por quién me has tomado?
Pregunto Poseidón, apartando su cuerpo y retomando la distancia perdida.

—No trates de fingir que no lo deseas.
Se acercó peligrosamente al menor, acorralando a este contra la pared mientras ambas miradas se conectaron pudo sentirse el deseo creciente proveniente de ambos, un deseó que derivaba a algo tan repudiable como lo era el incesto.
—Ambos sabemos que estas deseoso de que vuelva a tomarte, quieres ser mío y yo quiero ser tuyo...

—Hades...
Sus piernas temblaron, la lujuria estaba impulsando al menor a realizar algo de lo cual podría arrepentirse.

—Anda amor mío
Acarició el rostro del de tez pálida, manteniendo el contacto visual.

—Te deseó como no tienes una idea concreta, pero...no deseó serle infiel a mi esposo, Kojiro no merece esto.
Ante la mención del nipón, Hades hizo una pequeña mueca que paso desapercibida por Poseidón.

—Él ahora no importa, concéntrate en nosotros.
Dicho esto, ambos se fundieron en un beso repleto de deseó y necesidad, necesidad que estaban a punto de apaciguar con la pasión que solo el sexo podría brindarles.

El beso se detuvo y Hades atacó el cuello de su hermano con besos que repartía por toda su piel, aspirando su aroma que le embriaga como alcohol. Las manos del albino viajan por el cuerpo del menor, recorriendo cada curva y toqueteando sus glúteos. Los jadeos suaves del menor impulsan al mayor a continuar pero es detenido por el mismo, quien le mira con el rostro sonrojado e ojos llorosos.

—Vamos a la habitación...
Pide Poseidón y Hades accede, siguiendo posteriormente a Poseidón quien lo lleva a la habitación que comparte con su esposo.

Kojiro Cornudo 😿