-Kojiro, tu esposo es realmente hermoso...¿no temes que llegue a serte infiel?
-¡Por supuesto que no!, yo se que mi esposo seria incapaz de engañarme. Él es un buen hombre, yo confío plenamente en él.
-Hombre, si que estas enamorado.
𝓐𝓭𝓿𝓮𝓻𝓽...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Te amo pecesito... Poseidón le miro mientras continuaba brindándole caricias en su cabeza, le parecía curiosa
—Yo también te apreció mucho... Esas palabras son más que suficientes para Kojiro, quien le observa con aquellos profundos ojos negros.
—¿Qué tanto me quieres? Poseidón finge meditarlo aunque realmente solo desea hacer sufrir a su esposo por la espera, quien rápidamente se impacienta.
—Pues... Poseidón hace un pequeño ademán con su mano mientras continua pensando en sus próximas palabras. —De aquí hasta la luna... Lo último lo dice en un suave murmullo mientras sus mejillas se tiñen de un suave carmín ante la vergüenza de sus propias palabras.
Mientras que Kojiro le mira embellecido por sus palabras, ama esos momentos en los cuales su esposo deja de lado su indiferencia y habla de sus sentimientos. Esos momentos son los que atesora en la gran mayoría de las ocasiones.
—Yo te amo hasta la eternidad y las consecuentes, si es que las hay. Es el turno de hablar de Kojiro y con solo esas palabras causo que el corazón de Poseidón se estrujase, la culpa le golpea con brutalidad mientras contiene su necesidad de confesión.
—¿Hasta la eternidad? Es lo único que alcanza a salir de su boca.
—Y las consecuentes, ya lo dije Siguiente de esto se quedan en silenció ambos, un silenció cómodo donde uno carga con una culpa silenciosa que le carcome la piel mientras que el otro es la víctima de el otro y su culpa, la única víctima en ese cuento de amores.
Los segundos pasan. Se vuelven minutos..
Tal vez transcurren dos o tres Eso hasta que Kojiro vuelve a retomar las riendas de la conversación.
—Sabes pecesito... Poseidón únicamente le mira con aquellos iris de azul profundo...profundo como el océano.
—Humm? Es la única respuesta que recibe el nipón y se conforma con esta.
—La vida es muy corta para amarte solo en una, así que prometo buscarte en la próxima... Las manos del rubio tiemblan pero sigue manteniendo su expresión apacible.
—...Espero que lo cumplas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Porque también me gusta esta pareja y necesito momentos de ellos juntos para evitar la culpa que me genera este libro 😸
