Prólogo

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PRÓLOGO

Misión de rangocinco

Misión de rangocinco

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Los cánticos en el palacio celestial resonaron aquel día.

La diosa de diamantes volvió a casa.

Dejó a los mortales regalos que más de una vez usarían.

La diosa de diamantes subió a los cielos tras su última caza.


Los cánticos en el palacio celestial resonaron por vez segunda.

Los dioses miraron a una mortal con sorpresa profunda.

Nacida del saber para proteger.

Los mortales a su heroína vieron crecer.


Los cánticos en el palacio celestial nunca más volvieron a resonar.

El tiempo siguió su curso natural.

Los mortales no supieron recordar.

Esta historia se debe volver contar.

En las tierras de Restrya, una nación que se encontraba en estado de crisis debido a un mal que llevaba azotando el reino por más de dos décadas. Una sylveon que portaba una capa con bordes blancos y rojos, con una textura algo rígida por el uso de escamas en el bordado de la misma, se encontraba acercándose a lo que se podría considerar el primer piso de un castillo en ruinas.

Esta mujer iba a un ritmo rápido, pasando por las lúgubres calles de la Ciudad de Restrya. Llegó apurada a la sala de la reina, lugar donde fue convocada de emergencia minutos atrás. Al ver a su reina frente a ella se agachó, esto como muestra de respeto y a su vez como saludo.

—Su majestad, ¿a qué debo el honor de ser llamada por usted? —preguntó la tipo hada a la pokémon que la observaba desde lo alto de unas gradas.

—Levanta la cabeza Dalia, no hay nadie —dijo la reina a lo que la sylveon obedeció levantando su mirada, al hacerlo pudo ver a una delphox a pocos metros delante de ella, su reina—. Te llamé porque hay un asunto del que me gustaría hablar contigo —al escuchar aquello, la pokémon creyó entender a lo que su reina se refería.

—¿Se refiere al tema que tenemos pendiente? —preguntó la sylveon mientras observaba los alrededores, asegurándose de que ningún curioso estuviera escuchando la conversación.

Pokémon (I): El camino de la heroínaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora