29. Dirty Talk. Gu Huaqing x Jing Chen (La esposa es lo primero)

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A pesar de que el emperador Sheng Yuan conservaba su harem, sabía que lo hacía por mera apariencia. Ya tenía hijos, herederos y una preciosa princesa, así que no era necesario para él visitar el harem...

Pero ese día, su divina emperatriz masculina se encontraba precisamente en el lugar más olvidado de su palacio. Emperatriz Gu estaba sentado en una mesita mientras revisaba algunas cuentas de los gastos del harem del Emperador. Las concubinas estaban sentadas en otras mesas aparte y todas iban a levantarse a saludar al emperador, pero con una seña les dijo que no.

Tomó asiento junto a su emperatriz y pasó sigilosamente su mano por el contorno de su cintura.

Gu Huaqing sonrió.

- ¿Por qué no estás en el palacio? – le preguntó, la mirada de las concubinas era de un poco de lástima – Te dije que terminaba rápido de trabajar hoy... - la mano se pasó a la cadera y luego a la pierna de Huaqing.

- Esta emperatriz tenía que revisar las cuentas, pero ya he terminado – con un gesto, Jing Chen les dijo a sus concubinas que se retiraran, así que levantó a Gu Huaqing y se lo llevó hacia sus habitaciones.

- La emperatriz tiene deberes con su esposo –

- ¿Es así? –

- Tiene deberes de esposa que cumplir – los sirvientes del palacio sabían que debían evitar mirarles y solo retirarse de su camino. El té fue dejado en su mesa sin ceremonias y Jing Chen dejó sobre la cama a Gu Huaqing - ¿Cómo es posible que no esté ya dispuesto en la cama de este emperador? –

Gu Huaqing se levantó, poniendo algo de fuerza para después recostarse sobre Jing Chen, quien de inmediato le devolvió una mirada seria.

- ¿Quién es la esposa? –

- Yo lo soy – las prendas dejaron el pecho del emperador, que fue acariciado por las manos fuertes y ligeramente rasposas de Gu Huaqing – Esta esposa está dispuesta a consentir al emperador –

Inesperadamente, sin quitarse ni una sola prenda, Gu Huaqing solo comenzó a balancearse sobre el ya necesitado emperador que tomó las caderas con fuerza de la emperatriz.

- Al emperador... ¿le gusta lo que ésta emperatriz hace? –

Jing Chen solo tuvo fuerza para asentir, y se dejó llevar por el cálido recibimiento de aquel hombre sobre él.

DanmeiTober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora