DanmeiTober 2021

24. Mafia. Nie Huaisang

- ¡Por favor! – dijo el joven amarrado a la silla con los ojos vendados - ¡Déjeme ir! ¡Yo no sé! ¡No lo sé! ¡Se lo juro que no lo sé! –

Los hombres que lo interrogaban se miraron entre ellos, el chico estaba llorando y ahora las vendas comenzaban a empaparse. Wen Ruohan se acercó al joven y puso una navaja en su cuello, haciendo que el llanto del chico se detuviera en ese instante.

- Uno de mis repartidores me ha dicho que tú sabes... y mucho – Ruohan pasó la parte de la navaja que no tenía filo por el cuello del joven, que trataba de no moverse – Tienes que hablar, si quieres vivir tendrás que decirme todo lo que sabes –

- Está bien... está bien... está bien... - las palabras salieron de los labios de Nie Huaisang rápidamente, apenas sin aliento – P-pero por favor... no le digan que yo lo delaté... -

- Tú tranquilo, para cuando ellos sepan la verdad les quedarán solo unos segundos de vida – Wen Ruohan se apartó del joven y se sentó en la silla frente a él, tomando un cigarro y poniéndolo en sus labios – Habla, más te vale que sea cierto –

- Jin Guangyao... - soltó el nombre.

- ¿El bastardo de Jin Guangshan? – la familia Jin ya tenía negocios turbios en el bajo mundo - ¿Qué hace él? –

- Red de espionaje – le dijo Nie Huaisang – Él quería... él quería que mi hermano le ayudara... pero mi hermano le dijo que no – Wen Ruohan aún recordaba a Nie Mingjue, un policía bastante leal a su labor. No era un problema para él, pues sabía mantenerse alejado de sus negocios, pero tampoco era sobornable – Y Xue Yang –

- ¿Qué hay de Xue Yang? – Web Ruohan ya había escuchado del chico, él vendía un par de cosas para sus subordinados - ¿Qué hace él? ¿Por qué está involucrado? –

- Él le sirve a Guangyao – Nie Huaisang había dejado de temblar, pero su postura seguía siendo la de una presa acorralada – He oído... que él vende cosas – Wen Ruohan sonrió – Pero también es un espía de Jin Guangyao –

Aquellas palabras le hicieron sentir como si un balde de agua fría cayera sobre él. Xue Yang era un simple peón en su juego, solo un chico demasiado escurridizo y lo suficientemente listo para vender lo que tenía que vender en escuelas y universidades. Nunca pensó que tendría agallas para traicionarle.

- ¿Cómo sabes esto? –

- Lo es-escuché, el día en que intentó convencer a mi hermano – Huaisang sentía un pequeño hilo de sangre recorrer su garganta – Después de que mi hermano lo dejó... llamó a Xue Yang... "Chengmei, no tenemos al Nie. Consigue a alguien más para mí" –

Las palabras que dijo las había escuchado del mismo Jin Guangyao. Los había espiado, tenía días siguiendo a Jin Guangyao y a Xue Yang.

- Gracias por tu cooperación, Nie Huaisang – Wen Ruohan salió de la sala y Nie Huaisang se desmayó –

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Despertó en el momento en que lo arrojaron al suelo, supuso que lo habían arrojado directamente de una camioneta. Se quitó la venda de los ojos y desató sus piernas.

Sacó el espejo que ocultaba siempre en su mochila, la que también habían arrojado. Su rostro era todo un desastre, uno de sus ojos tenía un moretón del tamaño de su puño y en el pómulo del otro lado tenía una fea abertura. Su labio inferior estaba partido y tenía una pequeña cortada en su cuello.

Ahogó un sollozo solo para ponerse de pie y sentir que su cuerpo apenas y podía mantenerse en pie. Le dolía el costado izquierdo y las piernas. El abdomen bajo y los hombros.

- Bien... es lo que tenía que hacer –

Jin Guangyao desapareció dos días después y nadie supo de Xue Yang tampoco. Huaisang sabía que había sido muy estúpido al ponerse en las manos de Wen Ruohan, pero era lo que podía hacer para deshacerse de Guangyao.