10 de Agosto

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10 de Agosto de 2022


No sé ni por dónde ni cómo empezar esto, sobre todo teniendo en cuenta que me dirijo a ti pero dudo mucho que alguna vez leas estas líneas. Aunque lo "nuestro" se arregle, que no parece que vaya a ser así, no te lo enseñaré, ¿para qué?; y si no conseguimos arreglarlo, ¿para qué? No servirá de nada. Y es que siempre me has conocido mejor que nadie, y eso que nunca llegué a desvelarte todo lo que llevaba dentro porque, ¿cómo ibas a quererme con toda mi locura?. Conociste la mayor parte y te quedaste a pesar de todo, a pesar de todos y fui yo la que al final lo fastidió todo.

Sé que te lo he dicho cada vez que me lo has preguntado y supongo que aún te lo explicaré alguna vez más; sino, significará o que lo has superado y estamos juntos o que no lo has superado y ya no me quieres a tu lado.

Y la razón de que echara todo a perder es que me perdí - no sé cuántas veces he dicho esta frase en los últimos meses- pero no por ello es menos verdad. Me perdí, dejé de ser quien era por un gran cúmulo de cosas: todo lo que veníamos arrastrando de los últimos años; el nuevo trabajo con horarios imposibles, sin apenas veros a ti y a los niños, con la responsabilidad que conllevaba; encontrarme sin tu apoyo, absorbido completamente en los videojuegos (quizás tú también te perdiste y no supe verlo). Y todo eso y alguna cosa más se convirtió en el caldo de cultivo perfecto para que mi madre pudiera decir, malmeter e incluso manipular. Pensándolo todo lo fríamente que puedo, quizás, y digo quizás, si mi madre no hubiera metido tanta mierda yo no hubiera terminado con lo que más me importaba. Quién sabe, quizás las tornas están cambiando y empiezas a tener tú siempre la razón en vez de yo (pero cuidado que es adictivo y terminas perdiendo gente). Puede que el detonante final sí fuera mi madre, puede que sin ella hubiera aguantado más aquella situación, o la hubiéramos resuelto de otra manera.

Y, aunque no sirve de nada lamentarse por las decisiones tomadas, no te imaginas lo que me arrepiento de todo aquello.

Intento verlo por el lado positivo, ver cómo hemos madurado y mejorado ambos, lo cual está bien si supiera que este impass en el que ahora nos encontramos llegará a buen puerto. Pero cada día dudo más de que sea posible,dudo que puedas llegar a perdonar el dolor que te (nos) infligí. Aún así, después de ver lo roto que te he dejado, sólo deseo que puedas encontrar la felicidad al lado de una mujer que de verdad te ame, te respete, te comprenda y llegue a conocerte. Y no creo que puedas imaginar el dolor que me causa sólo el imaginar que puedas amar a alguien que no sea yo, pero bueno, mi dolor no tiene que ver en tu felicidad. Porque, aunque estamos intentando volver a tener algo, por el camino que llevamos no creo que podamos. Ya me lo dijo ayer la bruja: tú no me quieres, porque sino la limpia ya habría funcionado... así que solo  me queda esperar que te des cuenta para que volvamos al "llevarnos bien por los niños".

De todos modos queda poco tiempo; a unas malas tu hermano decidirá que el mes que viene debemos marcharnos de esta casa; a las buenas, me dará dos o tres meses más. Es por eso que he pedido el traslado en mi empresa, ya no es por los alquileres prohibitivos de aquí, es que veo que estar alejada de ti es la única oportunidad que podemos tener de superarnos mutuamente.

Nada ansío más que recuperar lo que teníamos hace un año pero, y sé que suena surrealista, se están cerrando ciclos y no hay nada que pueda hacer para detenerlo porque, como me pasa de un tiempo a esta parte, siempre me encuentro ante un 50-50: ¿si cierro el ciclo va a ser para mejor? ¿Va a contribuir a mejorar lo que tenemos o por el contrario nos va a distanciar? Y estoy segura que tú vas cerrando los tuyos aún sin darte cuenta.


Sé que las cosas entre nosotros estaban muy mal desde hacía tiempo, con nuestros altos y nuestros bajos; pero el detonante definitivo fue aquel 15 de septiembre que me quedé a tomar unas cervezas con algunos compañeros del trabajo. El resto conoces la historia.... Pues bien, hoy creo que cierro ese ciclo; hoy las mismas personas con las que estuve aquel día me han vuelto a invitar a tomar algo (suceso completamente insólito porque desde ese día no nos habíamos vuelto a juntar). Ayer en la piscina te lo comenté por encima y te dio igual si iba o no, es más, me animaste a ir. Pero la verdad es que ya no tengo ganas de nada; y es eso: si voy cierro el ciclo o lo cierro si no voy. Como fuere, no he ido. He estado todo el día pensando en ti, en lo mucho que ansío que me digas que soy lo más importante y que solo quieres estar conmigo, a pesar de todo lo que hemos pasado, pero creo que nunca lo vas a superar, creo que nunca más llegaré a ser lo que fui para ti y eso me parte en dos. Siento como si una espada me atravesara y echaran sal sobre la herida, para luego vendarme tan fuerte que literalmente me cuesta respirar. Y así es como me siento la mayor parte del tiempo, intentado no recordar pero rodeada de recuerdos tuyos, nuestros; intentando avanzar cuando me escribes y lo echas a perder, porque sé que esto no va a terminar bien; intentando mentalizarme para no morir en el momento que deba decirte adiós definitivamente, pero con la falsa esperanza puesta en que un día de estos la limpia funcione y podamos dejar atrás los rencores y los miedos, y volvamos a ser la familia que debemos ser.

PerdidosWhere stories live. Discover now