5:05 horas
Hoy se terminan mis vacaciones, no estaría escribiendo a estas horas si no.
Y no sé ni qué decirte, ayer fue un día complicado.
Por la mañana estuvimos con los niños y las bicis y parecía que estabas enfadado, me contestaste un par de veces en un tono que no procedía, como cuando subiste a por los cascos y yo me quedé abajo en el trasteros sacando las bicis, no entendí muy bien lo que me dijiste, algo así como que las tendría que haber sacado o inflado las ruedas.... Ya no tanto lo que dijiste sino el tono que empleaste. Recuerdo que te dije que se suponía que ya habías mirado las bicis y estaban preparadas, y me dijiste que claro, que solo quedaba inflar las ruedas. Me negué a creerte ya que una de las ruedas estaba completamente suelta y torcida, y estaban tan bien guardadas que no pude creer que las hubieras sacado y dejado así para volver a sacarlas dos días después. Pero en fin, que son detalles que no suelen tener mayor importancia, cuando todo está bien; pero estando tan tirantes cualquier discordancia se amplifica.
En el parque estuvimos bien, hablando de algunas cosas sin trascendencia, hasta que me llamaron para cubrir un servicio en Bilbao el domingo. Intenté cambiar el día en el trabajo y ya tocamos un tema sensible, te dije que me venía muy bien ese dinero y que además me servía para que esa empresa viera como trabajo y tantear la zona para un traslado. Lo que más me duele de todo es que, aunque me hayas dicho que no quieres que me vaya, estás completamente dispuesto a ello. Me sorprende la facilidad con la que comentas que a los niños no les resultaría difícil aprender otro idioma, incluso que sería beneficioso. A veces me da la sensación que si pudieras me hacías las maletas, como el día que te ofreciste a llevarme a alguna entrevista o algo si lo necesitaba.
Realmente no sé hasta qué punto necesitas que me vaya para entender que la casa no es moneda de cambio, como me decías la otra noche. ¿Realmente lo ves así o dijiste eso porque la verdad es que no nos quieres cerca?
Hubo un momento que les dijiste a los niños que en unos minutos nos íbamos porque tenías cita para hacerte las trenzas. La niña te pregunto a qué ibas y contesté: "para ponerse guapo". Pero no fue tanto la frase en sí sino el tono que emplee. Te choco bastante, no sé si tanto como a mí y me preguntaste si me molestaba. Fue un rotundo no, porque es cierto y así te lo dije, que para nada me molestaba que te hicieras las trenzas, otras cosas si me molestan pero eso no. Te pedí perdón por el tono, realmente todavía no sé por qué me salió así.Cuando nos estábamos yendo les dije a los niños que luego por la tarde bajábamos otra vez al parque, ya que querían quedarse en los columpios. Pero me dijiste si preferíamos ir sobre las 18:00 a ver la nueva peli de Buzz Lightyear donde tú hermano; los niños aceptaron encantados. E íbamos hablando de eso y de la hora que era, que ibas un poco justo cuando me dijiste que más de una vez habías tenido que ir en coche a peinarte para no llegar tarde. Recuerdo que te dije que si, que cuando volvimos me mandaste una foto de cómo te había quedado y ese día tuviste que acercarte en coche. Y al rato me mandaste una foto, como la de meses atrás... Fue la misma situación, o casi. Y no puedo dejar de preguntarme si lo hiciste porque realmente querías o porque yo lo había comentado un rato antes. Como la otra noche que te comenté que si en 8 ó 10 horas no me escribes y apenas me contestas con palabras muy escuetas cuando yo lo hago es porque no te intereso o no te importa saber de mí. Y al día siguiente me escribiste varias veces. ¿Entonces lo haces porque yo te lo he dicho o porque realmente te sale hacerlo? Es lo malo de comentar las cosas, que luego surgen aún más dudas.
Luego vi que esa foto que me habías mandado la habías puesto de perfil en WhatsApp y la habías subido a todas tus redes sociales ... En fin, qué decir que no haya dicho ya, son tantas dudas que me surgen, no entiendo por qué haces la mayoría de las cosas, y me duele mucho sentirme así y sentirte tan lejos.
Por la tarde yo fui muy enfadada, supongo que se me juntó todo: nuestra situación, que no saliera lo de Bilbao, la preocupación de no saber cómo reunir todo el dinero que necesito para irme, en el trabajo parece que no todo va muy bien, etc, etc. Y me lo notaste en cuanto entré por la puerta, a veces me sorprendo que me conozcas mejor que yo misma.
Fuimos hablando de algunas cosas durante la película, y a parte de todo, lo más destacable porque fue otro puñal fue cuando estábamos sentados juntos y moviste el brazo y me tocaste, pero enseguida cambiaste la postura, como si te quemara, como si no pudieras siquiera tocarme...En fin, estoy llegando ya a mi estación, cuando salga del trabajo te escribiré con más novedades, rayadas y demás historias.
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Perdidos
No FicciónEsto no es una historia al uso, simplemente es una especie de diario donde poder contar la vorágine de mi historia de amor, o más bien desamor o de como quiera que termine... Desconozco si escribiré mucho o poco, pero he descubierto que escribiendo...