CAPITULO 25: MOMENTS

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Antes de empezar quiero aclarar que probablemente el capitulo sea muy "empalagoso" para muchas, si no les gusta el contenido hacer el favor de no leerlo, ahorremonos el ambiente incomodo y los comentarios que podrían provocar disgustos.

Se lo digo de buena manera no lo tomen a mal.

Disfruten del capitulo ❤.

***

Quince semanas, 105 dias, 2520000 minutos sin HACOC.

Rachel.

Pase la prueba de abstinencia y según los estudios hay un 17% de HACOC en mi sistema, una genialidad de avances médicos ya que corte dos años en cuatro meses.

Estaba a nada de tirar la toalla varias veces, no le encontraba razón alguna para seguir con esto. La ayuda de mi medico me ayudo de mucho y aunque me decía que mi fuerza de voluntad era vital en todo, sus ánimos fueron lo que  me impulsaron en seguir adelante.

Llevo meses sin ver a Christopher, no estoy enojada ni nada, ya que justo como lo prometió regreso al par de semanas, pero no le permitieron verme.

Pude escuchar el escandalo que hizo, sus gritos se escuchaban por todas partes y aunque me dolió no verlo Reece dice que por el momento es mejor que ambos tengamos la debida distancia.

"Debida distancia" repite mi consciencia con burla.

Los recuerdos de aquel día invaden mi mente y siento un vacío en mi estomago difícil de explicar, mil sensaciones me invaden y la corriente de electricidad hace que la piel se me erize hasta más no poder.

«—Ya te dije que no puedes verla —oigo la voz de Reece—. Además no estamos en horario de visitas, así que largate por donde viniste.

—¡Me importa una mierda! —escucho los gritos de Chris ¡¿Donde está?!

—¡Christopher! —los gritos se escuchan a lo lejos por lo que deduzco que se alejan cada vez más.

Dudo que pueda encontrarme, me encuentro en una habitación distinta a la que me dieron anteriormente. Mi medico dijo que seria algo momentáneo, pero que de igual manera me ponga cómoda.

Algo que no puedo hacer, ya que,me encuentro con mil agujas clavadas en el cuerpo y con un leve movimiento que dé duele como el infierno.

Tengo un aparato al lado mio dando pitidos que en un principio me ponían nerviosa, pero con el poco tiempo me fui acostumbrando. Una especie de mascara de oxigeno me ayuda con mis problemas de asma, Reece no quería contratiempos y como el tratamiento seria violento prefirió colocarme eso para que pueda tener mi respiración controlada, lo cual agradezco mucho.

Se supone que debería estar dormida, pero los gritos de mi medico junto con los del coronel me levantaron de golpe.

El saber que se encontraba aquí y no pueda verme me provocaba cierto enojo. «Solo quiere verme...». Tanto como yo quiero verlo a él.

Mis manos se aferran a las barandas de la camilla, aprieto los dientes cuando el dolor me invade y tengo que cerrar los ojos tratando de concentrarme en otra cosa. Hago una cuenta regresiva del 10 al 0 y repito unas dos veces más así como me lo indico mi medico cada vez que me tomaban estos ataques.

Promesas [Chrischel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora