Capitulo 8

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POV' Camila

—Vas a caerte de ahí Cabello— era Normani quien acababa de entrar.

Estaba en el balcón de mi oficina.

—Te he dicho que utilices Shampoo contra la caída—

—ja ja ja, ¿Qué haces ahí? Tus problemas no son tan grandes como para tomar ese camino Mila— me quito el café de las manos —además no creo que tres pisos te maten—

Rodé los ojos —Admirando lo hermosa vista—

—¿Admirando la hermosa vista, o admirando a tu hermosa chofer?— pregunto para darle un sorbo a la tasa.

—No digas tonterías— dije, y con esto entre, no sin antes quitarle mi café.

—¿Crees que no te vi haciéndolo?— dijo entrando ella también —estabas tan embobada que ni siquiera notaste mi presencia wey—

—Estoy concentrada pensando en que voy hacer con todo esto que se me ha venido encima—

—¿Alguna vez te has replanteado tu sexualidad?— Pregunto sin ningún contexto e ignorando lo que dije.

Iba a hablar cuando Dinah entro sin tocar, como siempre.

—Chancho, tengo noticias para ti, tu estúpido novio esta abajo esperándote para comer, llamo tu mamá y dice que quiere que los vayas a ver, que contestes tu celular en lugar de estar viéndole el trasero a tu chofer— sonrió pícaramente —bueno, eso ultimo lo dije yo— se acomodó el cabello tal cual diva —y la inversionista acaba de llegar—

—¿Qué se traen ustedes contra mi eh?— las mire a ambas frunciendo el ceño.

Solo se rieron mientras ambas salían. Ah como las odio.

Después de un rato, tocaron la puerta.

—Adelante—

—Buenas tardes licenciada Cabello, eh venido a traerle los papeles de los acuerdos de las acciones—

Le sonreí —Tome asiento licenciada Jáuregui, voy a leerlos ahorita mismo—

Mientras los leía, pensaba que talvez finalmente esa era la solución a todo.

**************************

Había pasado otra semana más, y a Dinah se le había hecho costumbre dejarme plantada a la hora del almuerzo, y Lauren se había encargado de suplantarla.

No hablábamos mucho, yo aún me sentía avergonzada por lo que había sucedido cuando delinquimos mi casa.

Pero aun así se había encargado de hacerme saber que le debía una salida de fin de semana, según ella para que pudiera divertirme, pero algo me decía que era porque ella quería hacerlo y no tenía a nadie a quien llevar, porque según ella Ally era demasiado conservadora para acceder a sus extrañas aventuras.

A estas alturas, era demasiado tarde para arrepentirme, porque ya habíamos llegado a nuestro destino.

Estábamos en un acilo para ancianos, y aunque no soy muy experta en el asunto, creo que en definitiva no es la definición de diversión.

­—Siempre vengo aquí cuando estoy aburrida— decía ella mientras se registraba.

Lauren Morgado, logre leer.

—¿Por qué?— Pregunte extrañada

—No subestimes el poder de entretenimiento de los ancianos— movió las cejas y con esto nos dirigimos al patio.

—¿Ves a esos dos de allá?— Señalo a unos ancianos que estaban jugando ajedrez.

¿Y eso que tiene de divertido?

La Uber |Camren| (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora