Diario de una universitaria

XIX

Querido amigo: 

He vuelto y tal vez no sea para quedarme.No tengo muchas novedades, a decir verdad. Culminé mi noveno cuatrimestre, estoy a ley de un año para decirle 'adiós' a la universidad. Es difícil creerlo, recuerdo mi primer día de clases como si hubiera sido ayer. Este viaje, aunque ha sido exhaustivo, también ha sido bueno; las cosas que he aprendido sobre el sentido de la vida y las relaciones interpersonales lo son todo. 

Hace casi ocho meses me alejé de mi mejor amigo, lo bloqué de todas mis redes sin decirle absolutamente nada; pensé que era lo mejor en ese momento y lo ha sido, pero no lo hice de la mejor manera y eso me ha torturado; hace unos días alguien me bloqueó, sin darme razones y eso me dejó en el aire, no me quiero imaginar como quedó mi ex mejor amigo luego del ghost que le hice. Nunca fue mi intención herirlo, al contrario, entendía que ambos necesitábamos tomar nuestros rumbos, mismos que hace tiempo venían agrietando nuestra amistad. Todo este mal empezó cuando él se fue a otro país y yo entré a la universidad, aunque luchamos por mantenernos en contacto, poco a poco yo fui tomando distancia y él de alguna manera también lo hizo. Siento que yo di el empujón que nos faltaba para cerrar nuestro viaje. 

Fue lindo todo lo que vivimos, aprendí demasiado y siempre le desearé lo mejor del mundo, porque se lo merece.Yo sé que nada de esto te importa, pero necesitaba decirle a alguien. La verdad me duele un poco, pero es mejor ser un recuerdo que una sombra. En fin, creo que ya he cerrado ese ciclo de mi vida. 

Por otro lado, no sé si te conté que en 2021 adopté una cachorra, se llamaba Nala; hace casi dos meses la atropellaron y fue horrible. Nala fue lo mejor que tuve después de mucho tiempo de soledad, me mantenía flotando en el mar que es mi vida. Me quitaron lo que me hacía feliz. Teníamos una relación muy cercana, Nala era muy enfermiza y necesitaba que la estuvieran cuidando mucho, siento que eso hizo que ambas nos hiciéramos dependientes una de la otra. 

Recuerdo que después de pandemia, cuando las cosas empezaron a normalizarse y empecé nuevamente a ir a la universidad de manera presencial, Nala me esperaba en la puerta, solo se movía para comer; me daba un poco de tristeza porque nunca fue mi intención hacerla dependiente de mí, pero se dio así. Cada vez que la recuerdo, no puedo evitar llorar; la extraño demasiado y solo espero que en su cielo esté siendo feliz. 

Lo más traumático de todo lo que sucedió fue ver su collar roto y su plaquita rayada; esa noche y las posteriores no podía con el dolor en mi pecho, me torturaba la idea de que ella pudo haber sufrido mucho, murió de la forma que más miedo me da. Una compañera de la uni (Bri) me prestó a Perry, un apapachable osito de peluche; fue quien secó mis lágrimas en las noches y el único que me escuchó.

Días después, llegó Benji. Él tiene parvovirus y no lo supe hasta que le puse la primera vacuna porque tuvo una decaída. Lo adopté cuando tenía un mes y medio, su anterior dueño no lo había vacunado, ni siquiera desparasitado, lo que trajo consigo que él se enfermara. Resulta que lo pusieron en tratamiento para combatir el parvovirus que es muy agresivo con los perros, principalmente con los cachorros. Tuvo otra recaída y esa vez fue por una infección parasitaria, él tenía muchos parásitos. Actualmente, sigue bajo tratamiento y hasta ahora ha mejorado bastante. Lo he llorado como tres veces y no tiene conmigo ni dos meses. El 14 de agosto cumplió tres meses. Me recuerda mucho a Nala, aunque son muy diferentes. Sin embargo, nadie podría superar el recuerdo de ella.Creo que esto es todo lo que tenía por contar. 

Pd: me siento super mal. Pienso que estoy deprimida y que todo vino a raíz de la perdida de Nala. Hasta hace poco no me había dado cuenta, pero mi estado de ánimo desde entonces, ha estado tres metros debajo del suelo.

Por cierto, mi nueva canción fav es Manos de tijera.

Se despide, 

 A. 

 Besitos...

14 de agosto de 2022