Querido amigo:
Hoy ha sido un día inusual. Ha llovido bastante, luego de una gran sequía en mi país. Firmé contrato con la agencia que me otorgó la beca. Oficialmente tengo mi beca, puedo estar tranquila.
Cuando salí de la universidad, me coordiné con una compañera porque iríamos a la biblioteca a la que asisto hace tres años, teníamos que buscar un libro de filosofía para una tarea de fundamentos filosóficos. Encontré el libro de Hamlet el cual quería leer desde hace unos días y el libro de El mundo de Sofía( un libro de filosofía, toda persona que le gusta filosofar debería leerlo). Leímos, reímos y hasta dormimos en la biblioteca porque el agua no cesaba. Cuando logramos salir, aún estaba lloviendo, caminamos a paso apresurado hacia la estación de autobuses, ibamos como dos bobas riendo de los autos, cuando estos pasaban con gran velocidad hacían que el agua en la calle salpicara todo, tratábamos de cuidarnos del agua. Al llegar a la estación no éramos las únicas huyendo de la lluvia, había un chico más o menos de nuestra edad. Le miré por unos segundos, era unos centimetros mas alto que yo, piel clara, cabello castaño claro y unos ojos ¿marrones o verdes? No pude decrifrar su color. Se percató de mi mirada y rapidamente desvíe mis ojos hacia la avenida.
No pasó mucho para que el bus pasará. El chico también tomó el mismo transporte, por unos segundos agradecí a Dios que hubiera asientos vacíos. La mayoría de veces al regresar a casa en bus lo hacía parada porque estaba siempre lleno de personas con sed de volver a casa. El transcurso del viaje hubiera sido tranquilo si aquel chico no hubiera tocado mi hombro y pedido que leyera lo que había escrito en su celular. Cuando leí lo que había allí sentí mi alrededor tensarse y no supe que decir o pensar. Sólo sonreí, le devolví su celular y me dispuse a mirar las calles, locales, personas y casas que quedaban atrás. Quise entrar en una burbuja y no salir jamás.
"Hola, mi nombre es Joel. Me gustaría hablar contigo en el transcurso del viaje a casa. ¿Te atreves?"
Mi compañera se había quedado dormida, estaba sola en esto. No quise volver a voltear la mirada hacia el chico, me hice la que no sabía nada. Cuando por fin llegué a casa, le escribí a mi amiga y le conté lo que había sucedido. Me reprochó por no haber hablado con aquel chico, según ella hablar era algo normal, que tal vez estaba aburrido en aquel momento, que lo que me había propuesto no era nada indecente. Y me sentí la persona más estúpida del mundo por haberme sorprendido por algo tan insignificante como aquello, por no haberle dicho que si.
19 de Septiembre 2019
Hasta luego, A.
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Diario de una universitaria
RandomMi crisis existencial se describe en una palabra, once letras, cinco vocales y seis consonantes: Universidad. -APTO PARA TODO PÚBLICO. - NO ES NECESARIO IR A LA UNIVERSIDAD PARA PODER LEER ESTA HISTORIA. - ESTÁ DEDICADA A TODOS LOS JÓVENES DEL MUND...