Prisoner ━━ Akaren. +¹⁸

iv

Dos semanas pasaron desde mi encuentro con Kyojuro. Debo admitir que he pensado más en ello de lo que debería. Incluso con todo el trabajo que tengo encima, porque una vez se obtiene un rango como el mío, la responsabilidad y compromiso deben subir de nivel. Y claro, debo aspirar a más, para volverme más fuerte, el cuál es mi mayor deseo desde que tengo memoria.

Sin embargo, esta monotonía me vuelve loco, quiero entretenerme y aunque me dije que no lo volvería a ver a menos que el destino lo decidiera, justo ahora estoy deseando ir a buscarlo...

No es que sea especial, simplemente no creo encontrar otro juguete para divertirme.

Sé que es arriesgado ir ahora, debe estar molesto por como acabaron las cosas la primera vez. Seguro querrá matarme apenas me vea, y maldiga mi nombre desde que nos conocimos. Incluso puede que esté acompañado de más pilares...

Sí, definitivamente tengo que ir a buscarlo, al carajo el destino.

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Esperé impaciente el anochecer, y durante dos horas aproximadamente solo pensaba en una cosa: mi pasado.
Me frustraba no poder recordar nada, y saber que quizá nunca podría. Tendría que resignarme a llevar la vida que llevo, y vivir eternamente de esta manera. Pero, ¿eso siempre es mejor que morir no?

Afortunadamente, la noche se hizo presente y no perdí ni un segundo. Aunque no tenía idea de donde localizar a Kyojuro, me dirigí hacia el mismo lugar en el que estaba esa noche.

Intenté pasar desapercibido, realmente no quería toparme con ningún cazador o pilar y tener que mancharme las manos de sangre. Eso arruinaría por completo el ambiente con Kyojuro, quien de por sí me odia y no quiero imaginar como se pondría si me viera asesinar a cualquier persona o a uno de sus preciados compañeros.

Por eso espero que donde quiera que esté, se encuentre solo.

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La noche era fría, pero tranquila. No había rastro de ningún otro demonio, tampoco de cazadores o pilares. Fue algo que me tomó por sorpresa, algo así no se ve casi nunca. Incluso creí que me había equivocado de pueblo, este lucía totalmente normal y el silencio reinaba en las calles vacías, pero no era un silencio sombrío y peligroso, era más bien pacífico.

Comencé a caminar por las calles con toda la libertad del mundo, agradeciendo el hecho de estar solo; no es como si le temiera a alguien, pero era la primera vez que me sentía tranquilo, y con el camino libre para cumplir mi objetivo. Después de vagar por un rato llegué a la casa de aquel día. Al levantar mi cabeza pude verlo. Tan tranquilo, y perdido en sus pensamientos mientras observaba la luna llena.

No sé cómo describir lo que sentí en aquel momento al verlo tan pacífico, con el viento moviendo su largo cabello. No tenía prisa por nada así que me quedé observando su rostro con lujo de detalle...

Realmente era atractivo.

No quise arruinar ese momento y deseé con todas mis fuerzas que, incluso al verme mantuviera esa aura tan agradable, pero bien sabía que era imposible.
No me importó, subí silenciosamente y me posicioné justo detrás de él. Estaba preparado para recibir un golpe en el rostro, para detener su espada justo antes de cortarme el cuello o dejar que me cortara otra parte del cuerpo por mera diversión.
Me preparé para ver su rostro enrojecido por la ira, para recibir sus mejores ataques y escuchar como maldecía mi nombre.

Esperé un segundo, cinco, diez, incluso treinta pero nunca ocurrió. Él no percibió mi presencia. No lo entendí, estando tan cerca era imposible que no lo hiciera. Estaba a punto de obsesionarme con ese hecho hasta que sus palabras me sacaron del trance.