(Ambas me pidieron algo parecido, así que fusione los dos pedidos y salió esto, espero les guste)
La noche se sentía helada, no solo por las bajas temperaturas sino por la leve llovizna que caía en la ciudad de Seúl y golpeaba contra el parabrisas de aquel espectacular auto. Dentro se encontraba el chofer de la familia Kang y obviamente la hija única de aquella adinerada familia: Kang Yunha.
Estaban un poco atrasados ya que todas las personas salían de trabajar a esa hora y volvían a sus casas, el tráfico era pesadísimo, pero el chofer no iba a declinar en aquella tarea que su jefe le había indicado. No iba a caer en los chantajes de la señorita Yunha, ni mucho menos aceptar su dinero, porque ella debía ir a representar a su padre en aquella acomodada fiesta.
Una vez se acercaban al gigantesco salón el señor Min habló por primera vez en todo el transcurso:
—Señorita, estamos por llegar al lugar, prepárese y de su mejor cara, que los paparazzis están en la puerta y su padre no quiere más escándalos con respecto a usted. — y la miró rápidamente por el espejo retrovisor.
—Claro.— respondió de mala gana, guardó su celular en su pequeño bolso y retocó levemente su peinado simplemente con sus manos.
La puerta del vehículo fue abierta y de allí bajó la muchacha más solicitada por el país entero, no solo por lo hermosa y esbelta que era, sino también por las millonarias acciones que iba a recibir aquel que lograra casarse con ella.
Una sonrisa adornaba su cara, los flashes chocaban contra su rostro y la cegaban un poco, pero con ayuda de parte del staff que allí trabajaba pudo lograr entrar al salón donde tomaría lugar la fiesta. Agradeció a aquel muchacho que la había ayudado y quedó completamente sola en un lugar lleno de desconocidos, o así lo creía ella, ya que alguien la estaba observando intensamente desde que se bajó del auto.
—Aish, la misma fiesta aburrida de todos los años.— frunció el ceño mientras observaba todo el salón y tomaba una copa de vino blanco de un mesero que iba pasando por allí.
Su mirada cruzó con los ojos intensos de aquel tan famoso personaje: Kim Namjoon, un mafioso el cual se partía de lo sexy que era, pero que toda su adolescencia su, ahora difunta, madre prohibió interesarse o acercarse.
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"Ni se te ocurra poner un solo ojo en aquel jovencito, solo tiene 23 años, pero está metido en negocios demasiado turbios y ¿quién sabe qué puede pasarte si te haces cercana a él? Tal vez te mate para robarte los órganos y venderlos a la mafia china."
