Día 1 primeras/últimos

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Era una mañana tranquila en el apartamento que compartían Sherlock y William, ambos yacían desnudos debajo de las mantas de su cama. Después de una noche agitada en la cual se demostraron su amor de manera más física se encontraba tan cansados que conciliaron el sueño rápidamente. Pareciera ser que su lugar en el mundo era en medio de los brazos del otro. El rubio había estado un poco sensible pues todavía en sus sueños acechaban las pesadillas ,aquellas donde sus manos estaban cubiertas de sangre.

A pesar de que ya había pasado poco más de un año desde los sucesos que dieron fin al señor del crimen aun así los malos sueños lo abordaban de vez en cuando. Las primeras noches eran devastadoras sin embargo, la compañía de su amante hacía que se desvanecieran por completo y estar a su lado era una bendición. A pesar de aquello había momentos en los que no podían estar en compañía del otro pues las misiones que les daba Billy los separaban de vez en cuando.

-Ja Liam parece un adorable conejo cuando duerme- pensó Sherlock que había despertado y la primera persona que vio fue a su amado rubio

Si pudiera le sacaría una fotografía, pero eso lo despertaría además de que no tenía el equipo adecuado para ello. Así que en su memoria guardaba la bella imagen y podría volver a ella las veces que quisiera. En un momento quiso acariciar las doradas pestañas y lo hubiera hecho si no fuera porque su muñeca fue sujetada con algo de fuerza.

-Buenos... días, Sherly- dijo con voz soñolienta

-Liam, duele- se quejó Sherlock intentando deshacerse del agarre con delicadeza

-Sí, lo siento- mientras lo soltaba

-¿Cómo amaneció mi persona más preciada?- le dijo con galantería

-Jajaja que dulce eres Sherly, sí dormí bien pues estabas a mi lado.

La sonrisa con la que dijo esas palabras calo profundamente en Sherlock que se estremeció de emoción. Todavía le costaba acostumbrarse a este nuevo Liam que era muy sincero con sus sentimientos. Siempre lo pillaba desprevenido haciendo que casi se derritiera de amor y eso le encantaba. Desarmarse ante el otro era toda una experiencia que habían descubierto después de su convivencia. William se había vuelto mucho más expresivo e incluso se permitía llorar cada vez que se sentía vulnerable. Por otro lado, Sherlock había aprendido a ser más delicado y elegante al tener a su lado a su amante.

-¿Te parece que nos vistamos o prefieres estar en la cama un rato más?- le pregunto Sherlock pues ambos se encontraban desnudos todavía

-según los rayos de sol que entran por la ventana ya deben ser las diez de la mañana. Yo creo que deberíamos levantarnos a desayunar.

-Pero yo quería quedarme un rato más a tu lado- dijo con un puchero el hombre de cabellos oscuros.

-Hay que levantarse, no seas holgazán- Dijo William en tono de reprimenda.

-¿Podemos bañarnos juntos? Para ahorrar agua

-Lo mismo dijiste de compartir cama- mientras rodaba los ojos- supuestamente para no abusar de la calefacción.

-Hay que ahorrar, después de todo tenemos que pagar las cuentas.-Dijo Sherlock

-Tienes razón además de que parte de nuestros sueldos van para el orfanato.

-Una buena causa pero que nos deja arañando las paredes para llegar a fin de mes

-Jajaja es cierto, pero no lo dejaremos de hacer- dijo William amenazante

-No estaba diciendo eso, Liam- Señalo Sherlock con temor

-Me alegro mucho- mientras sonreía suavemente

Sherliam Week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora