Día 3 Infancia/futuro

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Una vez estuvieron en su hogar Billy los dejo para que pudieran conversar más íntimamente, en sus palabras: como dos aves amorosas. Pero en realidad su conversación fue mas seria y el ambiente se sentía pesado como si la tensión pudiera ser cortada con un cuchillo de mantequilla tal como aquel con el que Louis quiso asesinar a Sherlock.

-Liam tenemos que hablar.

-¿no es eso lo que hemos estado haciendo desde que abordamos el tren?

-Me refiero a una conversación mas profunda

-Sé lo que quieres decirme y no... no quiero morir

-Entonces ¿Por qué te arriesgaste de esa manera?

-No podía quedarme viendo como asesinaban a un buen hombre, mi cuerpo se movió por cuenta propia

-Entiendo, pero por un momento pensé que te perdía y no quiero volver a sentir eso nunca más.

-Ven – dijo William mientras extendía sus brazos en una invitación a que Sherlock se colocara entre ellos.

-Liam, no vuelvas a hacer algo así- dijo mientras lo abrazaba con todas sus fuerzas y sollozaba

-Ya Sherly, no llores

-Lo dice quien se conmueve fácilmente. Además, tú también estas llorando.

-No lo había notado- mientras delicadas gotas salinas recorrían sus mejillas

Estuvieron abrazados durante un buen rato y William en un acto osado junto sus labios en un beso con sabor salado, pero a la vez tan dulce que hacía que sus pechos dolieran. La desesperación tiño el profundo contacto y sus corazones se sincronizaron en un baile que ambos conocían perfectamente, pero a la vez se unían como si fuera la primera vez.

No saben cual de los dos fue quien dio el primer paso hacia la habitación, pero tampoco importo mientras se desvestían. Sus manos recorrían ávidas la piel ajena y los besos revoloteaban tal como mariposas.

-¿Te duele?- dijo Sherlock mientras besaba la pequeña herida en el brazo de su pareja.

-No mucho, fue un pequeño roce simplemente

-¿De verdad?

-Sí, ahora no te detengas- fue la demanda de William

-Como ordene, mi señor

Mientras se recostaban en la cama se seguían besando con hambre como habían estado deseando hacer todo el día. Se sentía injusto no poder besarse fuera como siempre habían deseado pues la sociedad todavía veía con malos ojos las relaciones entre personas del mismo sexo. Podían vivir juntos bajo la pantalla de ser amigos muy cercanos además de que Billy se había encargado de convencer de ello a los demás agentes de Pinkerton.

-Sherly, por favor. Te necesito.

-Creo que alguien está impaciente- mientras lamía el cuello del rubio

-He esperado todo el día, realmente te quedan bien los cabellos dorados

-No tanto como a ti, Liam

-Eres hermoso

-¿Q-que dices?- dijo Sherlock avergonzado

-tenía ganas de decirlo pues es verdad- confeso William como si estuviera haciendo una travesura

-Ahora te haré lucir mucho mas bello que yo entonces- mientras abría las piernas de su amante para colocarse entre medio de estas y comenzar a acariciar el miembro de este por encima de la tela.

Después de estar jugando un poco con este decidió que dejaría de torturar a William por lo que lo saco y con su boca lo empezó a acariciar. El rubio se deshizo en gemidos enroscando sus dedos en la cabellera de Sherlock y tirando los oscuros mechones. Por otro lado, tuvieron la urgencia de desvestirse para sentir la piel de su compañero.

Estuvieron un rato así hasta que ambos no pudieron seguir resistiendo la necesidad de unirse, así que se tuvieron que separar por un momento para ir a buscar el aceite.

-No tardo Liam, espera por mí

Entonces como si su vida dependiera de ello Sherlock corrió a la cocina en donde lleno una taza de aceite y la llevo al dormitorio. William estaba impaciente por lo que llamo a su pareja con un tono de voz dulce, pero a la vez necesitado. Aquello lo hizo estremecer así que se acercó a la cama como si estuviera ante la última gota de agua del desierto.

-Ven Sherly, no puedo resistir más- mientras extendía sus brazos y sus ojos escarlatas brillaban de deseo.

-Ya estoy aquí Liam- dijo para después untar sus dedos en el aceite y con delicadeza, que iba en contra de su impaciencia, los comenzó a introducir en la entrada de William.

-¡ah! más por favor- le suplicó el rubio

-Tengo al novio mas seductor y solo para mi- pensó Sherlock complacido mientras veía las encantadoras reacciones de su pareja.

Después de estar haciendo aquello por algunos minutos Sherlock decidió que ya era suficiente por lo cual unto su miembro con el resto del aceite. Entonces se colocó en posición para finalmente penetrar a su amado. Se introdujo lentamente para que su amante se acostumbrara.

-Ya estoy listo Sherly- dijo William mientras acunaba el rostro del otro entre sus manos

-Muy bien, Liam tu interior es... ngh... tan cálido

-Por favor... muévete- gimió el rubio

Entonces motivado por esas palabras Sherlock comenzó a mover sus caderas sincronizándolas con las de su compañero. Mientras se movían los gemidos inundaban la habitación y los apasionantes sonidos eran mucho más satisfactorios que los conciertos a los que iban de vez en cuando.

-Sherly, oh sherly, justo... ahí

-Liam ¿allí?

-Sí, justo allí- dijo William deshaciéndose en suspiros

Mientras disfrutaban de sus cuerpos solo la noche era testigo de cuanto se amaban y siguieron dándose placer hasta que ambos cayeron cansados pero satisfechos. Después de estar mimándose en la cama decidieron ir a ducharse pues ambos estaban muy sucios. Cuando terminaron fueron a colocarse sus pijamas para finalmente descansar.

Por alguna razón ambos soñaron con sus infancias y en aquellos recuerdos estaban sus seres queridos a quienes extrañaban. William soñó con aquellos días en que pintaban con Albert y Louis los mas hermosos paisajes. Mientras tanto Sherlock soñaba con Mycroft burlándose de él y después de hacerlo llorar este le regalaba un helado.

Aquel era el pasado que ya no volvería, pero un futuro juntos era mucho más valioso y estaban esperando el momento adecuado para volver a ver a sus seres queridos. Por el momento ambos disfrutaban su vida domestica y las misiones que les daba Billy de vez en cuando.

Sherliam Week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora