Capítulo 7

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ARY

Las pesadillas podían ser unas perras, sentía el filo de los grilletes, los golpes de su padre, el hambre, el dolor, su garganta siendo desgarrada por los gritos, llamándolos, siempre llamándolos, quería que hicieran algo, quería importarles.

-Sh, sh, está bien, todo estará bien.-Escuchaba un suave susurro mientras unos fuertes brazos lo envolvían.

Los temblores no paraban y su corazón se aceleraba cada vez más.

-Abre los ojos.

Negó con la cabeza, abrir los ojos implicaba enfrentarse a la realidad, no podía hacerlo, no podía verse de nuevo en el sótano.

-Abrelos Ary.

Sintió una mano acariciando sus cabellos, cálida, fuerte.

-Estás a salvo, lo prometo, te protegeré.

Su cuerpo empezó a perder tensión de forma lenta, tomaba respiraciones cortas para regular los latidos de su corazón, mientras abría suavemente los ojos.

Rojo...Sangre.

Sus dedos estaban manchados de sangre, sus garras habían salido y él las incrustó en los brazos del alfa.

Un suave gimoteo salió de sus labios.

Le había hecho daño.

-Estoy bien.

Ary lo miro, sus ojos grandes y arrepentidos enfrentándose a la calidez de la mirada del lobo frente a él.

-Estoy bien.-repitió.-Soy un alfa Ary, no me podrías dañar aunque quisieras.

Lo sabía, pero incluso así su sangre estaba manchando sus manos, sanaría, eso era obvio, pero no cambiaba el hecho de que lo había herido.

Metió sus garras y se acercó de forma lenta al brazo herido del Alfa. La incrustación era superficial, nada realmente alarmante.

Miro su cara brevemente para evaluar su reacción antes de devolver su atención a la herida, sacó su lengua y empezó a lamer con cuidado y reverencia. Lo hizo diligentemente limpiando bien la sangre de ambos brazos hasta que solo quedaron marcas en la piel, marcas que ya estaban casi totalmente sanas.

-¿Eso te ayudo?

Ary asintió

-Bien

El alfa se levantó, ayudandolo a sentar.

Su cabello se encontraba desordenado, con las puntas en diferente dirección, se veía gracioso e incluso un poco tierno.

Ary sonrió

-Si me sigues mirando así te voy a comer Ary.-Sus ojos tenían un brillo peligroso.

El omega se sobresaltó apartando la mirada.

Sus ojos fueron a sus manos mientras sentía su rostro arder.

-Ve a cambiarte hoy te cortaré el cabello.

DION

El omega salió del baño y se apresuró a tomar la pizarra

"No se tu nombre"

Su letra era desprolija y pequeña.

-Dion

Ary modulo su nombre con sus labios sin emitir ningún sonido, como si estuviera practicando el cómo se sentía esa palabra en su boca.

-¿Cuándo vas a hablarme?

El omega se tenso mientras perdía el color de la cara, dejó la pizarra a un lado mientras miraba hacia la ventana con nerviosismo.

Dion se acercó al chico tomándolo gentilmente por la barbilla.

-No te obligare, pero me gustaría escuchar tu voz.-el omega se estremeció.-solo cuando estés listo.

Lo soltó y dio un paso atrás.

-Ahora, veamos qué podemos hacer por ese cabello.

—--

Solo había una persona a la cual Dion le había cortado el cabello en toda su vida. Una vez que ella murió no volvió a hacerlo por nadie más, se sentía demasiado íntimo, y rememoraba dolores del pasado.

Pero Ary, ese pequeño lobo con ojos de ciervo merecía que alguien le diera algo lindo, incluso si eso era un simple corte de cabello.

-¿Qué tal?

Lo hizo pararse frente al espejo, los mechones disparejos habían desaparecido por completo dejando paso a un corte clásico con cabello corto. Dion le había dejado la parte de arriba un poco más larga que los costados solo por el placer que le daba acariciarle la cabeza con el pelo así.

Ary sonrió mientras se miraba los costados en el espejo, se pasó una mano por los mechones negros mientras la otra tomaba el borde de la camisa de Dion, como si temiera soltarlo, como si se fuera a ir.

"Me gusta"

-Me alegra, hace mucho no lo hacía.

"¿no te lo cortas tú mismo?"

-No, alguien se encarga.

El chico asintió.

-¿Estás listo para responder mis preguntas?

Ary suspiro negando con la cabeza.

"¿Tengo otra opción?"

-No en esto.

"Ok"

Llevó al chico hasta el sillón sentandolo frente a él.

-¿Tu madre era Raquel?

Ary le dio un toque en la mano.

-¿Tu padre era Francis?

El chico dudo. "No lo creo"

-Necesito que respondas más que eso.

"El nunca dijo que lo fuera pero tampoco lo negó, no actuaba como un padre" Dudo antes de escribir la última parte

-¿Él fue quién te encerró?

Un toque

-¿Por tu género?

Otro toque

-¿Habías salido alguna vez de esa mansión?

ARY

La pregunta retumbaba en sus oídos

"¿Habías salido alguna vez de esa mansión?"

Escribió la respuesta en el pizarrón

"No"

Nunca lo hizo, antes de cumplir ocho años solía recorrer los jardines, incluso caminaba por el área de juegos del lugar, pero nunca salió, sabía lo que había en el exterior e incluso tenía fotos de otros lugares del mundo, pero no los conocia, su vida se reducía a unas cuantas hectáreas y un universo de conocimiento e historias que escuchaba de los tutores de sus hermanos.

El alfa lo miraba fijamente.

-¿A qué edad te presentaste?

Levantó ocho dedos.

-¿Cuantos años tienes Ary?

Negó con la cabeza, dejó de contar los años hace mucho tiempo, de cualquier forma el sótano no le dejaba ver mucho sobre el cambio de estaciones o de días, se basaba en el tamaño de sus pies para afirmar que había pasado mucho tiempo. hace demasiado que sus zapatos dejaron de quedarle.

El sol entraba por la ventana del cuarto. Su cuerpo giró hacia él como una polilla atraída a la luz. La recuperación de sus ojos había sido lenta pero por fin podía estar en un espacio iluminado sin sentir dolor.

"Naranja" Escribió para mostrarle a Dion.

El amanecer estaba regando ese hermoso color por todo el espacio.

-Naranja.-murmuró el alfa.

Mañana Azul - Omegaverse (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora