Hünkar permaneció aferrada a los brazos de Armin hasta que este la separo con suavidad y la miró a los ojos. Sus miradas se conectaron y sus labios se acercaron.
Armin_ (Acaricia sus mejillas, secando cada una de sus lágrimas) No llore más, mi dama... no vale la pena llorar por semejante inútil.
Hünkar_ (Formando un mar de lágrimas en sus mejillas) No puedo creer lo que está pasando, Armin... mi corazón yace en miles de pedazos.
Armin_ (Acaricia suavemente su espalda) Se que está sufriendo, mi doncella, se que en estos momentos su corazón arde en llamas... pero permítame por favor ser yo quién extinga ese cruel y despiadado fuego. Usted sabe que yo jamás me atrevería a lastimarla, eso jamás...
Ambos permanecieron largo rato mirándose a los ojos y cada vez se acercaban más... cada vez más... más y más, hasta que el estruendoso ruido del teléfono de la habitación los hizo separarse.
Armin_ Si quieres puedo contestar yo...
Hünkar_ No, no vayas...
(Lo detiene para luego permanecer en silencio por un rato, así se mantuvo por unos segundos, hasta que puso sus manos sobre los hombros de Armin con suavidad) Quédese aquí, conmigo...
Hünkar volvió a acercar sus labios a los de Armin, subió sus manos desde los hombros del hombre hasta su rostro y acarició sus mejillas; él, impresionado pero lógicamente feliz, colocó sus manos en la cintura de la mujer y la hizo sentarse sobre su regazo.
Entonces... sus labios se unieron.
Él comenzó a subir sus manos de desde la cintura de la dama hasta el inicio de sus pechos.
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Luego del desagradable momento que había vivido Fekeli decidió ir hasta la empresa Yaman para ver a su mujer, la extrañaba y la necesitaba.
Cuando llegó, se bajó y caminó rápidamente hasta la entrada. Al llegar a la oficina, se encontró con la secretaria.
Fekeli_ Hola, buenas noches!
Secretaria_ Bienvenido Señor Fekeli, buenas noches ¿que hace por aquí?
Fekeli_ (Con una amplia sonrisa) Vine a ver a Hünkar.
Secretaria_ La Señora salió temprano con el Señor Armin.
Fekeli_ (Su sonrisa comienza a borrarse) ¿Armin?
Secretaria_ Un inversionista ruso.
Fekeli_ (Confundido) ¿Qué?
Secretaria_ Si, llevan haciendo negocios por un tiempo.
(Se acerca a el y le susurra) Sabe, no le diga a nadie que lo escuchó de mi.. (mira hacia sus alrededores y luego regresa su mirada a Fekeli) pero dicen que el hombre está fascinado con la gran dama, que está encantado con ella.
(Le guiña el ojo) Aunque no debería ponerse celoso, Señor Fekeli, la Señora Yaman solo tiene lugar en su corazón para usted.
Fekeli asintió y deseó para sus adentros que así fuera.
Regresó a su auto un poco alterado y esperó encontrar a Hünkar en la hacienda.
Condujo rápidamente hasta la mansión y golpeó varias veces la puerta pero nadie respondió del otro lado.
Intentó hablar con alguno de los sirvientes pero a esas horas todos debían de estar dormidos.
No le quedó de otra que regresar a su casa y esperar hasta que amaneciera para volver.
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Armin recostó a Hünkar en la cama y se subió rápidamente sobre ella.
Empezó a desabrochar su blusa entre besos y caricias, tocando cada rincón de su cuerpo.
La mujer, lejos de resistirse, le daba completa accesibilidad a ella.
Armin_ (Besa su mejilla) Señora Yaman, desde la primera vez que la vi usted se transformó en mi fruto prohibido.
Hünkar_ Armin... no creo que esto deba ocurrir...
