8.- Final Feliz

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A la mañana siguiente del incidente de Inuzuka Romio toda la escuela se puso en toque de queda, terminando las clases todo debían estar confiscados en sus habitaciones y nadie podía salir o entrar del campus. Toda la escuela estaba conmocionada por lo que sucedió, nadie creía lo que vieron ese día.
El cuerpo de Inuzuka fue llevado por su familia para velarlo. Fue un funeral muy emotivo para todos, cada estudiante era conmovido por las palabras del padre de Inuzuka. A pesar de que varios se opusieron a que Persia fuera, pues la veían como la causa de la muerte de Inuzuka, los padres de este permitieron que fuese, al mirar el ataúd pudo verlo como aquella noche que todo comenzó, con su uniforme y con una mirada de determinación, aquella mirada podrida y llena de odio se había ido, por fin descansaba en paz.
Persia no pudo evitar llorar, se lamentaba y gritaba a lo alto sin importarle lo que los demás pensaran de ella, ya no tenía sentido nada, ya no podía verlo de nuevo, escuchar sus malos chistes ni admirar su sonrisa y su fuerza inquebrantable. Todo lo que hacía a Inuzuka Romio especial para Persia desapareció, y en medio del salón se pudo oír la voz de Persia gritando:

¡Idiota! ¿Por qué lo hiciste? Yo te amaba, te amaba como jamás he amado a nadie en la vida, eras lo más importante para mí. Tú eras mi vida entera, mi esperanza y mi luz, eras lo que me mantenía a flote, incluso después de aquella noche, verte con Hasuki me dolía, ardía y quemaba como un fuego que no se extingue, pero estabas bien, estabas a salvo, no llegabas herido ni lastimado. Dime, ¿fue un error tratar de protegerte? ¿Acaso alejarte de mi para mantenerte a salvo fue lo que hizo que te perdiera? Si fue un error entonces lo siento, si mi voz llega hasta donde estás, por favor perdóname.

Su voz llenaba el salón fúnebre, todos los alumnos oían sus palabras mientras veían sus lágrimas caer de sus ojos y pasar a sus mejillas, podían notar su tristeza a través de su desgarradora voz, la cual parecía quebrarse cada vez que recitaba una palabra, entre la conmoción, Persia sintió la mano de alguien tomando su espalda, al voltear miró el rostro de Hasuki lleno de lágrimas, ambas se abrazaron y lloraron juntas, mientras del otro lado se veía a Scott en su silla de ruedas ver cómo es que aun con todo lo que sucedió Persia no dejaba de amar a Inuzuka.
Scott sabía que aun si pudiese hablar y decirle las atrocidades que su amor cometió con él y con los demás, aun así, ella no podría dejar de amarlo, aunque se forzara a odiarlo jamás podría, él mas que nadie entendía la naturaleza del amor que ella estaba sentía hacia aquel hombre trastornado que ya no estaba entre ellos. Al despedirse por última vez, Hasuki notó una pequeña herida que sobresalía del pecho, al tratar de visualizarla mejor, la madre de Inuzuka tomó su mano y la apartó, ella la miró y en sus ojos podía ver una mirada de tristeza profunda, ésta volteó a mirar a una esquina del recinto, Hasuki al seguir su mirada pudo ver a Chizuru recargado en una columna, haciéndole señales de que fuese con él.
Ella intrigada fue con él, el cual le entregó una carta y una pequeña caja de madera, después procedió a marcharse sin antes decirle:

– No lo abras aquí, espera a estar a solas en tu habitación.

Así transcurrió el resto del día, hasta llegar a la hora del entierro, todos dijeron palabras y se dieron emotivas situaciones. La más afectada de todas fue Persia, la cual tenía una mirada muerta mientras veía como enterraban al amor de su vida bajo la tierra, en un momento ella se lanzó al hoyo gritando – “¡No lo entierren por favor, prometimos cambiar el mundo juntos, no podremos si lo entierran!”. – En ese momento el Cait la tomó de los hombros y la abrazó, ella seguía gritando y llorando mientras él la tomaba con fuerza mientras ponía una mirada de impotencia al no haber podido hacer nada, aun siendo prefecto no pudo proteger a sus chicos, y ahora veía como una chica fuerte estaba siendo consumida por la tristeza sin que pueda hacer algo.
Airu solo miraba como enterraban a su hermano, a pesar de ser prefecto no pudo evitar la pérdida de un ser querido, era duro con él porque lo quería proteger, quería cuidarlo, pero aun así todos sus intentos fallaron, y fue así como todo resultó al final. ¿Cuál es el punto de ser un prefecto si no puedo proteger a nadie, si no lo pude guiar correctamente? Se preguntaba mientras miraba al cielo azul y dejaba soltar una lágrima por aquel hermano que siempre amó, pero nunca se lo dijo.
Al terminar el día, todos regresaron a sus habitaciones exhaustos, la madre de Inuzuka le había entregado un sobre durante el entierro, por lo que decidió abrir, en él estaba el rosario que le había dado a Inuzuka, envuelto en un pañuelo, acompañado de un par de anillos de plata. Dentro había también fotos de ella que había tomado del escondite de Char. Ella tomó el rosario, se colocó el anillo y empezó a llorar, recordó todo lo que habían vivido. De un momento a otro ella dejó de estar en sí misma, empezó a hablar sola y tomó la navaja de Inuzuka que tenía guardada.

– Oh Romio, mi querido Romio, estás tan guapo hoy.

– Sí mi querida Juliet, al final de cuentas, hoy es nuestra boda.

– Claro que sí mi querido Romio, estaremos juntos para siempre. Para siempre.

Después de recitar esas palaras, tomó la navaja y se la incrustó en el vientre, mientras alucinaba con Romio, se veía en el altar con él, casándose, pudo ver como le daba la bienvenida y le decía cuánto la había extrañado, mientras ella le tomaba la mano, para irse a un lugar donde nada ni nadie pueda separarlos de nuevo.
Mientras tanto, Hasuki estaba en su habitación abriendo la carta que Chizuru le había dado.

“Mi querida Hasuki, ¿o debería decirte Komai? El punto es que quizás cuando leas esto ya esté muerto, lo siento mucho, al final de cuentas no pude protegerte ni hacerte feliz. Pero quiero que sepas que todo el tiempo que pasé contigo fue maravilloso y jamás lo cambiaría por nada del mundo, me divertí a tu lado y descubrí muchas cosas de otra forma jamás hubiese experimentado antes. Lamento hacerte llorar siempre, por eso, en esa caja encontrarás lo que siempre te perteneció, recuerda que eso es tuyo y de nadie más...”

Con amor Romio

En ese momento ella abrió la caja de madera, y al hacerlo su corazón se detuvo, sus ojos se llenaron de lágrimas y empezó a llorar fuertemente mientras dejaba caer la caja con su contenido. Dentro de ella se encontraba el corazón de Inuzuka, el cual había pedido que le extrajeran y se lo dieran como última voluntad. Mientras veía el corazón de Inuzuka leía la última parte de la carta…

“Te amo mi linda cachorrita”

Entre lagrimas y gritos tomó un cuchillo que se encontraba en su habitación, se perforó el pecho y se extirpó el corazón, dejándose caer, mientras su corazón rodaba para quedar a lado del de su amor verdadero. Ambos gritos y llantos causaron conmociones, lo cual llamó la atención de ciertos individuos, entrando a la habitación de dichas damas, todos encontraron lo mismo al entrar, un mar de sangre y una escena grotesca, mientras tanto el cielo veía dos almas que se encontraban con el amor de sus vidas, tomados de la mano, hacia la felicidad que en vida no pudieron tener, pero en la muerte encontraron.

 Ambos gritos y llantos causaron conmociones, lo cual llamó la atención de ciertos individuos, entrando a la habitación de dichas damas, todos encontraron lo mismo al entrar, un mar de sangre y una escena grotesca, mientras tanto el cielo veía dos...

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FIN

Feliz cumpleaños PersiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora