3.- Visiones bizarras

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- ¿Nos vamos Scott?

- Claro Persia.

En ese momento, el corazón de Inuzuka dejó de latir por un momento.

- Scott, ¿es enserio?, ¿con ese cuatro ojos? ¡Es imposible que esté saliendo con él! Solamente es su perro faldero, siempre está atrás de ella como si fuera su mascota, es impensable que esté en una relación. No, espera, al final de cuentas yo estoy saliendo con Hasuki, así que no es del todo imposible. Pero esto es diferente, porque yo no decidí terminar con lo nuestro, ¿Será que protegerme era solo una excusa para estar con él?

En ese momento la mente de Inuzuka se llenó de dudas y de pensamientos negativos. Su imaginación empezó a jugarle en su contra y miles de posibilidades inundaron su mente. En medio de su trance sonó el timbre de su celular, que lo regresó a la realidad.

- Bueno, ¿Hasuki?

- Inuzuka, ¿dónde estás? Llevo 20 minutos esperándote.

- Ah, lo siento, me distraje con algo, pero ya estoy llegando.

- Aaaah, siempre eres así.

- Jejeje. Lo siento.

- No importa, yo te espero.

- Muchas gracias Hasuki, nos vemos ahí.

- Si claro, por cierto...

- ¿Sí?

- Te... Te amo.

- ¿Eh?

Esas palabras resonaron en la mente de Inuzuka, al final nunca las había pronunciado, sin embargo, esas mismas le hicieron recordar que ahora tenía a una persona especial a la cual proteger y hacer feliz. Al final del día se reunieron en el lugar acordado, platicaron un rato y Hasuki le propuso bailar. ¿Bailar? ¿En ese lugar? Para Inuzuka significaba una carga dura, fue donde comenzó su historia con Persia, donde se prometieron cuidarse uno al otro, bailar en ese lugar significaría dejar todo eso atrás para siempre. Pero estaba decidido, por lo que bailaron juntos. La luz de la luna brillaba sobre ellos y parecía que todo marchaba bien. Después de bailar regresaron a su habitación para seguir la rutina de todas las noches, solo que esta vez pasó algo que no se esperaba, esa noche miró el rostro de Persia en Hasuki.

A la mañana siguiente, Inuzuka trataba de pensar qué era lo que estaba pasando. Pensaba que todo estaba enterrado, que ya nada iba a interrumpir su vida con Hasuki, que todo estaba superado y no volvería a ser igual, pero algo le molestaba, aún seguía sintiendo algo por Persia, ¿serían las dudas que tenía? ¿Esos pensamientos de que seguro fue traicionado era lo que le jugaba en contra? No lo sabía, pero estaba seguro que algo pasaba.

- Buenos días Hasuki.

- Buenos días Romio.

- ¿Romio?

- Eh, sí. Pensé que después de todo lo que nos hemos acercado no tendrías problema si te llamo por tu nombre desde ahora.

- Claro que no, me hace muy feliz.

- ¿Enserio? Me haces muy feliz.

- Por cierto, Hasuki.

- Komai

- ¿Cómo?

- Dime por mi nombre.

- Está bien. Komai, ¿tú sabes si Persia y Scott están saliendo?

Feliz cumpleaños PersiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora