Capítulo 3

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El capitán del avión anunció que pronto aterrizamos, estábamos preparados, el descenso fue lento pero valió la pena cada hora que pasamos allí. 

—Kakucho vamos —me dedicó media sonrisa 

—Si solo espera un poco —sacaba las maletas de la sala de equipaje con un poco de trabajo ya que él no se dignaba ayudarme —¿por qué no me ayudas un poco? —me miró mal. 

—eh espera que? —se colocó al frente mío— fui yo quien pago todo recuerdas? —bufo divertido. 

—claro que lo recuerdo —deje las maletas aún lado y lo enfrente — pero no tienes que recordarme que no puedo pagar nada caro, gracias —rodé los ojos con un poco de indignación. 

—Mmm lo siento no debí.. —cerró sus ojos— déjame ayudarte. 

—ok? —me sorprendió su actitud‐ Sabes que no me enoje de verdad cierto?—volteó y miró. 

—lo sé, y por eso no terminé de decir lo que quería —se fue lo más rápido que pudo de allí y yo quedé atónito ante su acción. 

Tomamos un taxi, siendo sincero no sabía a dónde iríamos solo me dejaba guiar por él. 

—oye Izana —despegó su mirada de la ventana —donde iremos?. 

— ah? ¿No te había dicho? —mantuvo el gesto serio. 

—Mmm no, no has dicho nada desde que subimos —dije tocándome la barbilla intentando recordar. 

—que raro yo recuerdo haberle dicho —su boca se cerró de golpe. 

—qué sucede? —pregunté un poco preocupado. 

—no nada jeje, pero ya se donde iremos no se por que se me paso decirte —dijo fingiendo una sonrisa que por supuesto no creí —Park Plaza Westminster Bridge London, allí estaremos en pocos minutos. 

—tremendo, cuando aprendiste a pronunciar tan bien? —estaba asombrado. 

—¿Te acuerdas de la vez que entraste a mi cuarto para ver si estaba allí? —asentí— bueno, cuando te fuiste busqué en Internet palabras sencillas para pronunciar después el nombre del hotel y me lo aprendí, increíble ¿no?. 

—¡vaya, si que me sorprendes! —Su coeficiente intelectual era muy impresionante. 

El taxista se detuvo en nuestro destino, sacamos el equipaje y le dimos el dinero. 

—Thank you! —pronunció Izana en un inglés casi perfecto. 

El dichoso hotel era inmenso, cualquier palabra se queda corta ante esto. Nos acercamos donde estaban unas secretarias quienes eran muy amables y además hablaban nuestro idioma. 

—¿cómo desean las habitaciones? —dijo una de ellas sin apartar la mirada del monitor. 

—Mmm quiero que sea una sola pero con camas separadas, claro si se puede —dijo gentilmente. 

—si claro —nos extendió una llave —es la habitación 18 el mozo de equipaje los ayudará 

—muchas gracias señorita —terminé con una sonrisa. 

Llegamos a nuestra habitación era realmente asombroso todo estaba debidamente ordenado, la cocina era pequeña pero muy bonita, la sala junto la tele con pequeños sofás alrededor, los cuartos con vistas impresionantes, y el balcón era quien se llevaba toda nuestra atención tenía la vista completa de la ciudad. 

—el atardecer se ve muy bonito —mencionó apoyado de las barandas contemplando el cielo —no es así? 

—si es hermoso...‐pero era él a quien yo contemplaba—Izana...yo.. 

A Pesar De Todo || KakuIza || [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora