Capítulo 1."Primer encuentro"

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—Llegas tarde soldado 55 —regañé.

—¡Perdón, señora! ¡No volverá a ocurrir! —vió al frente e hizo un saludo militar.

Asentí y seguí checando que todos los demás soldados estuvieran preparados para el exterminio anual.

Cuando di la orden de bajar, sentí como alguien tocó mi hombro, asustándome.

—Te quiero en mi habitación después de esto, ¿Entendido? —clavó las uñas y se acercó a mi oreja, amenazante.

Adán.

—Tsk... Como sea —cerré lo puños y evité su mirada.

—Perfecto~

Si hubiese alguna forma de no volver...

Huir.

Pero aunque la idea es tentadora, me da miedo no saber que hacer después... ¿Dónde ir?

Sacudo la cabeza y dejo ir mis pensamientos intrusivos.

Soy un ángel exterminador, todos nosotros le hemos dado nuestras almas a Adán con tal de entrar al ejército. No hay vuelta atrás.

...

Los gritos de lamento y miedo hacen eco en las rojizas calles del anillo del orgullo, dejando en claro lo que está pasando.

Lo de todos los años. A este punto estoy acostumbrada.

—¿Cuántos llevas? Apenas iniciamos y ya llevo 34 —alardeó mi compañera con ojos dorados y por siempre rival, Lute.

—43, ¿Tú crees? —esbocé media sonrisa.

Abrió los ojos y los rodó, clavando su lanza en otro demonio.

—Como sea —voló lejos de mí.

Reí por lo bajo y localicé a un demonio que parecía estar herido, dejando gotas de sangre en el suelo que lo hacían notar aún más.

Llegó a un callejón sin salida, desplomándose en el piso mientras agarraba su herida del pecho, respirando con dificultades.

—Mátame si quieres, mi vida dejó de importarme hace más de una década.

El demonio de tes literalmente blanca, tenía cuernos rojos, cola con espinas y punta en forma de flecha con un corazón rojo en medio, tres pares de alas de plumas negras a grises, su rostro me recordaba a una muñeca de porcelana por sus chapas rojas y sus pezuñas me hacían pensar en Lucifer.

Se parece mucho a él.

Abrió sus ojos rojos como el infierno mismo, siendo del centro amarillo y afuera teniendo una raya negra como si de un arlequín se tratase, he de admitir que su apariencia que consistía en un chaleco y pantalón formal color vino con camisa blanca y moño negro mal puesto la hacían ver más intimidante.

No se parece a ningún demonio que haya visto antes... Incluso me atrevería a decir que es de la realeza si no estuviese en medio del exterminio.

Entrecerró los ojos y los viró, quitándose la mano del pecho, me sorprendí al ver qué ya estaba curada.

—¿Qué esperas? No tengo nada más que dar, ni mi propia alma me pertenece. Me harías un favor si eso te ayuda a dejar de dudar —estiró los brazos y alas.

Arqueé una ceja.

—¿Por qué no vuelas para huir?

—Me da flojera, prefiero morir si me lo preguntas.

Esta demonia rubia con aspecto andrajoso y expresión derrotada podría ser interesante...

Pues tampoco es dueña de su alma por lo que parece.

Second Chance [Chaggie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora