Capítulo 4."Convivencia"

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Cuando abrí los ojos me costó asimilar la oscuridad y tonos rojizos, mi vista se había acostumbrado tanto al dorado y blanco que fue extraño.

Estiré mis extremidades y salté de la cama, que Adán no esté aquí es un gran alivio que compensa todo lo demás.

Salí de la habitación con la nueva ropa que me habían dado, siendo una camisa de manga larga negra con el cuello y botones rojo vino, falda del mismo tono de rojo, mallas y guantes de tela sin dedos gris oscuro y zapatos negros.

No sé cual es el plan de Husk, pero parezco recepcionista.

—¡Vaggie! ¡Buenos días!

Hablando de él...

—Hola...

—Hola —sonrió—. ¿Qué tal tu primera noche en el infierno?

—Uhm... ¿Bien? Supongo.

—¡Perfecto! —me miró de pies a cabeza—. Lo siento, sé que parece que quiero ponerte a trabajar, pero no tenía más ropa.

—Está bien.

—Husk.

El hombre gato volteó rápidamente hacia la voz.

—¿Qué pasa reina del infierno? —inclinó la espalda.

—Solo vine a supervisar a Charlie durante una semana, me temo que tengo que irme —dijo serena.

—¡Claro! ¡Fue un gusto verla!

—Igualmente —sonrió e invocó un bastón con el báculo en forma de clave de sol.

Con este, abrió un portal, pero antes de entrar, una bomba llegó a nuestros pies.

—¡Oh mierda-! —cerré los ojos y esperé lo peor.

Un aleteo y el no sentir ningún tipo de dolor me sorprendió.

—Hola idiotas —dijo con pesadez.

Charlotte.

—¡Charlie! ¡Llegaste justo a tiempo!

—Tú pudiste haber volado gato estúpido.

—¡Cierto! Perdón... Je.

La mujer con piel blanquecina nos soltó, con Husk planeando mientras yo caía duramente al suelo.

Las carcajadas de Charlie resonaron con fuerza.

Fruncí el ceño y rodé los ojos.

Afuera, una mujer de extraña apariencia desaliñada y a la vez elegante estaba en un globo aerostático, me recuerda a un cíclope.

—¡Inclínense ante mi estúpidos demonios! ¡Pues Cherry bomb a llegado!

Todos la miramos confundidos.

—¿Quién? —dijo Lilith.

Pequeñas bombas con ojos, boca, manos y pies cayeron del globo, explotando en el proceso.

—¡No sean idiotas! ¡Dejen de tirarse!

Alastor rió y aventó una piedra, haciendo que otra bomba se tropezara y cayera.

—¡Oye!

Rió más fuerte.

La reina del infierno movió las manos e hizo una especie de sello demoníaco en el aire, lo que provocó una llamarada de fuego que incendió el globo de la rara mujer y a esta la hizo volar por los aires, las pequeñas bombitas corrieron por sus vidas, con algunas chocando entre ellas y explotando por ello.

—Mi pared... —lloriqueó Husk.

—Como iba diciendo —dijo Lilith—. Nos vemos después —miró a Charlie—. Adiós hija.

Second Chance [Chaggie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora