Second Chance [Chaggie]

Capítulo 6."Confesión"

—¡Genial! ¡Ya casi lo consigo!

—¿"Casi"? Creo que tenemos definiciones distintas de la palabra, hija.

—¡Vamos, madre! ¡Sólo me falta un huésped!

—Charlie, recuerda nuestro trato, si Lucifer dice que no, dejarás todo esto atrás, si no, te enfrentarás a las consecuencias —dijo, más seria.

—Sí, sí, ¡está bien! ¡No creo que salga tan mal!

Charlie siguió acomodando los papeles entre sus manos mientras pensaba en que más poner, está a punto de ver a su padre después de décadas y mentiría si dijera que no está nerviosa.

Su madre, por otro lado, no le gusta el plan de su hija, después de todo lo que el cielo les hizo pasar a ella y a Lucifer, odia la idea de volver a verlos.

Por suerte, piensa que su esposo denegará el plan, así que no está muy preocupada.

Charlie se ve convencida de sus ideales.

Tal cual su padre.

Soñadores que a veces no se dan cuenta que sus metas son inalcanzables hasta que las cosas se salen de control… Y son lastimados.

Está preocupada por eso… No quiere que su hija termine como Lucifer… El cielo no es lo que parece… Son hipócritas…

Y no siguen la palabra de Dios como lo dicen.

No importa lo que tenga que hacer para proteger a su hija… No importa lo difícil que sea…

Ella lo hará.

—¡Bueno! ¡Creo que ya tengo todo! ¡Deséame suerte, ma! —Sonrió de oreja a oreja.

La positividad de Charlie es contagiosa, realmente admirable.

Te hace pensar que hasta lo imposible puede cumplirse, te convence de ello incluso si tu lógica dice lo contrario.

Una líder innata, como los reyes del infierno.

—Suerte… Hija —esbozó una suave sonrisa.

Pero eso no quiere decir que realmente lo imposible cambie.

....

—¿Por qué es tan difícil? —dijo Charlie, con la voz apagada.

Derrotada, Charlie estaba sentada a las afueras de la abandonada casa de su padre, Lilith acariciaba su espalda en círculos tratando de consolarla.

—El cielo no es como piensas Charlie… Solo queremos protegerte.

—No necesito su protección… Tengo casi 200 años… Quien si la necesita es nuestro pueblo… ¡Cada año son masacrados, madre! ¿En serio es tan malo tratar de ayudarlos? —Soltó pequeñas lágrimas.

—Hija… Tu padre pensaba exactamente igual que tú… Y fue castigado, por mismo Dios —dijo, con dificultad.

Recordar su destierro no es una sensación agradable.

—¿Dios? —volteó a verla—. ¿A Dios no le gusta la idea del perdón?

—Es más complicado que eso hija…

La mirada de Charlie se perdió al igual que sus pensamientos, demasiadas ideas a la vez que necesitaba ordenar.

No suele desconfiar en sus padres pero…

¿No su padre había dicho que quienes lo expulsaron fueron más altos mandos? No recuerda que haya mencionado a Dios en ningún momento…

Agarró con fuerza sus papeles, al punto de arrugarlos un poco.