5. Encender una hoguera.

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El castigo de Jungkook fue finalmente levantado, volvió a patrullar en los sectores más oscuros de Eclipsi, esperando encontrarse con Jimin para entregarle el libro que había guardado desde hacía varios días. Era una obra de Jack London titulada “Encender una hoguera”, un cuento simple con poco más de 70 páginas, algo que podría acabar en una tarde de ocio, eso si le daba el tiempo y las energías de hacerlo. Jungkook en lo personal odiaba leer sobre cualquier cosa, no pretendía siquiera esforzarse en leer unas 10 páginas, se había leído los protocolos por obligación, pero eso era lo máximo que haría.

Desde su arranque de ira, algunos le miraban con más respeto. La gente estaba enterada de que no debían hacer el tonto frente a los soldados, pero ahora lo tenían incluso más presente que antes. Apartaban la mirada cuando sentían sus pesadas botas pisar el asfalto, se concentraban en observar hacia el suelo, detenían lo que estaban haciendo para lucir extremadamente tranquilos.

A Jungkook le parecía un poco tonto, obviamente su reacción sería violenta si alguien se comportaba como un salvaje. No esperaba que la gente lo atacase todo el tiempo, fue una situación de una vez, tenía autocontrol, no caminaba por ahí amenazando con matar a todas las personas. De hecho, el tipo al que atacó tenía antecedentes, no era un hombre inocente que recibió la furia de un soldado abusivo injustamente.

— Cambia esa cara, hombre. — Le tocaba patrullar junto a Dante y era peor de lo que había imaginado. El chico saludaba a todas las chicas con las que se topaba, era todo un caballero, pero era molesto —. Ya verás a tu amorcito.

— Te recuerdo que tengo novia.

— Y no has terminado con ella porque no podemos comunicarnos con Cheon 53k8.

— No hables de eso acá, podrían escucharte. — Susurró mirando a Dante ceñudo. No tenían libertad de bromear con algo tan delicado, estaban completamente abandonados bajo tierra, y jamás recibieron la ayuda necesaria para salir al exterior sin morir en el intento.

Si personas que vivían únicamente por el anhelo de volver a casa, de conocer un poco sobre el planeta y dejar finalmente de ser un experimento para el gobierno, se enteraban de como fueron abandonados, estallaría una verdadera guerra civil. Pocos sobrevivían a la presión de ser dejados de lado, ellos como soldados eran conscientes de que podían vivir eternamente bajo tierra, pero las personas que se encontraban ahí no querían eso.

— ¿Cómo lo vamos a resolver? — Avanzaban rápido, Dante se preguntaba un millón de veces cómo harían para retomar el contacto, y si es que en Cheon 53k8 estaban siquiera contemplando ir en su ayuda —. No creo que la gente aguante mucho más, siempre hay un idiota que habla demasiado.

— En este momento el idiota que habla demasiado eres tú. — Le recriminó Jungkook aún manteniendo un tono bajo.

Comenzaron a alejarse de las personas que se arremolinaban cerca de la iglesia. Eran un grupo inmenso, y su único consuelo era la religión. Tenían a varios hombres que predicaban la palabra de Dios en las calles, parecían haber retomado costumbres antiguas, mucho tiempo lejos de una civilización avanzada los volvía un poco más inquietos y revoltosos. El fin de los tiempos nunca llegó como tal, no bajaron los ángeles y Dios no levantó a los muertos, todo fue mucho más caótico y tecnológico.

— Lo siento, no controlo lo que digo.

— Esa es la razón por la que Maxine prefiere a tu hermano, sabe cuando cerrar la boca.

Estaba siendo cruel, lo sabía, pero no tenía los ánimos para aguantar demasiado. Dante a veces actuaba como un niño, no le tomaba el peso a sus dichos y acciones. Si tenía que hacerlo entender actuando insensible, lo haría, tal vez así tendrían más tiempo para solucionar los problemas de comunicación con su planeta natal, sin que los demás se enteraran de que había un inconveniente desde un principio.

ANILLOS DE SATURNO 土星 KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora