Ivy y Kayden se encuentran destinados a enfrentarse. Ambos son herederos al trono de sus respectivas cortes, pero su enemistad es tan antigua como los reinos mismos.
Sin embargo, cuando la familia de Ivy la traiciona el día de su coronación arrebatá...
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~ENJAULADA~
Besarte se ha convertido en un nuevo sueño pero tus labios se contraen cada vez que los veo.
Kayden Wade. 26 de Septiembre. Pueblo Farn, Corte Oscura.
Cerré mis ojos y me deje llevar al recuerdo que más veneno estaba consumido.
[Hace 13 años] Una habitación oscura, nada más que un terrible olor a humedad y un chapoteo de la lluvia en la ventana. Me acerco a la ventana cerrada para abrirla aunque sea solo un poco y respirar pero cuando abro el cristal que la rodeaba, visualizo unas rejas tan pequeñas por las que ni mi dedo índice cabría por ahí.
—¿Dónde me has traído, Ivy? —me pregunto a mi mismo.
Siendo un recuerdo de ella, esto no tiene mucha lógica. No cuando la habitación parece una prisión para asesinas en serie. Incluso podía ver huesos que permanecen todavía intactos. Hay más de tres cráneos y un montón de cenizas blancas y podridas. Camino hacia la puerta que parece ser de hierro macizo e intento abrirla, lo cual no me hizo falta al ver mi brazo atravesarla sin dificultad alguna.
Interesante.
—Haz que ella lo escupa todo. No la saques de esa pocilga hasta que te lo ordene. ¡Estamos! —escuché tras la puerta y salí sabiendo que no me iban a ver.
Una niña pequeña descansa ensangrentada en los brazos de un hombre con barba y pelo rubio. Lleva una corona y el anillo de la corte de luz en su dedo corazón.
El padre de Ivy. El rey.
—Sí señor —responde el padre de Ivy.
¿Qué se supone que esta haciendo?
Miro al hombre que está justo enfrente de su padre y me estremezco al ver a Lucious. El demonio que hizo el trato con Margaret. Miles de leyendas que tuve que aprender se me vienen a la mente en recopilaciones. Su aspecto se mantiene tal y como las brujas lo plasmaron en sus libros. Sus ojos totalmente negros visualizan a la pequeña que tenía un parecido muy similar a la Ivy que conozco.
La niña debe tener unos siete años aproximadamente. La sangre brota de su nariz y es imposible que sea hombre de un simple golpe, cosa que corroboro al ver los múltiples hematomas que posee en sus brazos y en sus muslos, los cuales solo son visibles gracias a que lleva puesto un vestido corto de flores.
El demonio gruñó mirando a la niña medio inconsciente y se dió la vuelta caminando a paso fuerte y pesado, desapareciendo entre los pasillos iluminados del castillo.
