•CAPÍTULO 16•

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~MIKEL~

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~MIKEL~

¿Qué era lo que hacía
si contigo no era?
¿Qué era lo que sentía 
si por ni no era?

Narrador Omnisciente.
28 de Septiembre.
Onlaria, Corte Oscura.


Ivy había tomado la decisión de irse lejos de todo y todos. En especial lejos de Kayden, quien le había dado su espacio sin haber pensado que la rubia de ojos grises pretendía obligar a su fiel líder Amadeo a llevarla a alguna otra propiedad que perteneciera al dichoso rey.

—Volveré en una semana —le dijo Ivy a la sanadora.— Si preguntan ellas dos por mí —señala con el dedo índice a las dos hermanas.— que lo dudo, diles que no sabes nada. Si por el contrario es Adriana quien pregunta, dile que no se preocupe por mi, que volveré en una semana.

La sanadora asiente al ver a la princesa pasar de estar herida a colocarse una máscara de hielo.
Todo en ella había cambiado en unas pocas horas. Había dejado de llorar nada más poner un pie en la mansión. Había dejado de repetirse la palabra «compañeros» como si le quemase la garganta y lo más importante, había dejado de preguntarse en dónde estaba el maldito collar que necesitaría para poder huir de Kayden siempre que pudiese.
En parte, ella comprendía que no iba a ser posible no volver a verle puesto que había un trato de por medio, pero a medida que pasaban los minutos en los que ella esperaba a Amadeo en el jardín trasero, se da cuenta que tal vez pueda.

Nunca quiso reinar y ahora, sin la motivación de sus padres, nada la detenía. Absolutamente nadie le detenía de vivir como una pueblerina de ambiciones normales.
También se sugirió a sí misma la descabellada idea de navegar al reino mortal y habitarlo hasta que se cansase de estar entre mundanos.

Lo que Ivy no paraba a analizar eran varias cosas: Ascender, la inmoralidad, el hilo entre la pareja que no se rompería a menos que alguno haga desparecer la humanidad, las caricias en sus labios que aún sentía estando enfadada, los ojos rojos que parecían permanecer en su mente, las palabras que el azabache le dedicaba a cada segundo, Lucious en su reino, la maldición por culpa de Edward, Margaret para explicarle que le pasa a su cuerpo, las llamas rodeándola viva y sin quemarla, la oscuridad rodeándola como remolino, la luz visible en sus manos, la regeneración de su cuerpo aún sin ascender para ser inmortal y lo más crucial, llegar al fondo de porque mi padre parecía querer matarme y como fue su muerte dejando atrás los hechos que ambos herederos de ambas familias sabían ya.

Y tú, querido lector, dirás...¿por qué no vuelves junto a Ivy o junto a Kayden?

Pues ambos se encuentran dolidos y no me apetece lidiar con las emociones tan fuertes que ambos están sintiendo. Sus vínculos entrecruzados hacen que el dolor de Ivy pase a mezclarse junto al de Kayden y la única persona que lo siente, que siente ese abismo de agonía, es el dichoso rey.
Su corazón poco a poco iba succionando cada una de las emociones negativas que Ivy tenía sobre el azabache y sin más se dejó caer sobre el sofá.
Puso ambas manos en su cara y gritó de la furia sin controlarse.

Sombras en Llamas (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora