𝗦𝗜𝗣𝗡𝗢𝗦𝗜𝗦.

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Me encontraba sentada en la dichosa cama que nos otorgaban a los Hwarangs, pensando en cómo había llegado aquí, y es que, ¿Valía la pena ser hwarang bajo las condiciones de la cruel reina Jiso? Suspire, no había podido comer desde mi llegada que — Había sido ayer. — por andar pensando en sus palabras.

── Me lo debe. ── Reclame mirando a la reina con seguridad.

── ¿Y por qué yo la reina debería cumplir tus deseos? ── Preguntó arrogante, mostrándose desinteresada hacia el tema. ── Ser Hwarang es solo para hombres, si quieres pelear, siempre podrás ser una Wonhua.

── ¿Para qué? ¿Para que me asesine cuando ya no sea de utilidad?  ── Reproche y esta me miró.

── Eres muy insolente, Sooya. ── Me recriminó, levantándose de su asiento. ── ¡No soportare tu insolencia!

── ¿Así resuelve todo, reina Jiso? ── Respondí, harta. ── ¡Hágame hwarang de una buena vez!

── Mereces la muerte por faltarle al respeto a tu reina, ¡Tú superiora! ── Gritó, acercándose a mi, su comandante estaba a dos pasos de mi, empuñando su espada.

── ¿Y usted? ¿Cree que merece vivir después de todas las vidas inocentes que ha arrebatado? ── Mascullé, sin dejarme intimidar.

¿Por qué está insolente chica de 22 años intentaba intimidar y exigir a la reina, cuando ella no era nadie? La reina había asesinado a sus inocentes padres frente a ella, cuando ella sólo era una niña de 14 años, sin familia u lugar para quedarse, la reina se vio obligada a retenerla en el palacio y cuidarla hasta la edad actual, nunca se atrevió a ponerle una mano encima, por más insolente que fuese, nunca pudo asesinarla, a pesar de ser tan cruel como lo describían, la reina Jiso tenía misericordia cuando se trataba de Sooya y aunque Sooya le odiase y se lo dijera cuantas veces pudiese, la reina Jiso la protegía incluso por encima de su propia hija, la princesa, quien, se encargaba de retar a Sooya cuantas veces pudiese, sin éxito alguno, pues, a Sooya no le interesa caer en los juegos de la princesa, ella iba por la reina y aunque fuese mal agradecido de su parte, ella no pidió el refugio o la protección de esta.

Y si no hubiese acabado con sus padres, de manera tan cruel frente a sus ojos, no hubiese hecho nada de lo que había hecho por ella, así que, no le debía nada a la reina y tampoco le importaba morir a sus manos, después de todo, vio como la superiora enterraba su espada en el cuello de su madre, diciéndole unas palabras que jamás podrá olvidar.

"Te vencí."

── ¿Por qué tienes tanto empeño en ser hwarang? ¡Eso no es una tarea para mujeres! ── Volvió a gritar Jiso, perdiendo la paciencia.

𝗛𝗪𝗔𝗥𝗔𝗡𝗚 𝗧𝗛𝗘 𝗕𝗘𝗚𝗜𝗡𝗡𝗜𝗡𝗚.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora