Capítulo 1

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Lena Luthor

Soy Lena Luthor, y si sigues aquí es porque de alguna manera llegué a llamar tu atención. Seré directa, tengo 26 años de edad y tengo un excelente puesto de trabajo. Soy hija menor de Lilian Luthor y Lionel Luthor, soy originaria de Irlanda, país en donde nací y crecí hasta los 3 años. Actualmente vivo en Ciudad Nacional. Cuento con 2 Licenciaturas, soy Licenciada en Criminología y Criminalística, aunque también tengo conocimiento en Administración de Empresas y Finanzas.
Mi mente comenzó a divagar mientras preparaba mi café matutino en la cocina. La luz del amanecer se filtraba por la ventana, iluminando el espacio.

—¿Llegarás temprano hoy? —La voz de Sam me sacó de mis pensamientos.

Me giré hacia ella, sonriendo ligeramente. Sam es mi mejor amiga y mi compañera de casa. Su cabello castaño estaba despeinado, y su sonrisa era tan cálida como siempre.

—Lo dudo —respondí, encogiéndome de hombros—. Hoy se encontró un cadáver en un lugar abierto, así que será una semana pesada.
Sam se acercó a mí, su ceño fruncido revelaba su preocupación.

—Ten cuidado, Lena —susurró, depositando un beso sobre mi mejilla.

Su gesto me hizo sonreír. La relación con Sam era como una relación de hermanas; ella era la cariñosa y yo la fría, ella era la de travesuras y yo la que terminaba arreglando todo. Desde hace años que compartimos casa juntas, ya que ninguna de las dos se había atrevido a tener una relación seria.

—No te preocupes, estoy bien —la tranquilicé, mientras me ajustaba la chaqueta.
Sam me miró con escepticismo, pero no insistió.

—Adiós —me despedí de Sam antes de salir.

—Cuidado, Lena —repitió Sam, mientras cerraba la puerta detrás de mí.

Me detuve un momento en el umbral, sintiendo la brisa matutina en mi rostro. La ciudad estaba despierta, y yo estaba lista para enfrentar lo que el día me deparara. Con un suspiro, me encaminé hacia mi destino, lista para afrontar la semana que se avecinaba.

Caminé casi dos horas colina arriba, solo para encontrarme con una cosa horrorosa, aquella chica rubia se encontraba cerca de mi escena del crimen, y todo empeoró cuando se atrevió a entablar una conversación con el forense que está a mi cargo. Sentí una oleada de irritación y desconfianza.

Me acerque de manera seria y formal, mi ceño fruncido reflejaba mi desaprobación.

—¿Se puede saber qué carajos haces en mi escena del crimen? —pregunté firmemente, mi voz cortante y autoritaria, con un toque de enfado y frustración.

Ella solo se coloco de pie para estar a mi altura, sonrió de oreja a oreja como si hubiera dicho un maldito chiste. Su confianza y alegría me enfurecieron.

—Hola soy Kara Zor-el Danvers —se presentó mientras me extendía una mano en forma de saludo, saludo que decidí rechazar, sintiendo una mezcla de desdén y curiosidad.

Mi mirada la fulminó, mi corazón latía con fuerza en mi pecho, y mi mente estaba llena de preguntas. ¿Quién era esta persona y por qué estaba aquí?

— No me importa quien sea usted—dije fríamente, bajo la mano pero aún seguía sonriendo con una mezcla de ironía y desdén —Le recomiendo que vaya con aquel chico —moví mi cabeza señalando el lado derecho en donde se encontraba un agente policial— a dejar su información completa —ordené con poca paciencia.

Kara frunció el ceño, confundida, y sus cejas se unieron en una expresión de sorpresa. Su sonrisa comenzó a desvanecerse, reemplazada por una sombra de incertidumbre.

La Prometida De Mi mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora