Capitulo 5

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More detuvo sus pasos, poso una mano en su pecho sintiendo como su corazón pedía a agritos querer salir de allí y lentamente volvió a caminar, ya se había adentrado mucho al bosque, pero nada le daba pista de Lucifer, lo llamaba, pero nada.

Ruidos bruscos y gritos misteriosos atemorizaba al pobre More, tenía la certeza de que pudiera ser algún animal y no dejaba de mirar a todas partes esperando que solo fuera eso y no monstruos, las historias y rumores que le contaban sobre el bosque frio eran tenebrosas. De cadáveres andante hasta espectros y la misma deformación de la vida salvaje como si experimentaran una y otra vez para crear una abominación espantosa, algo en este bosque te encadena y te hace parte de su propio ser, que se adentran por tus poros como bacterias llegan hasta tu cerebro... carcomiendo poco a poco tu salud. Te exprime y te llena de sus tormentos, mientras mas te adentres el bosque te susurrara sus secretos más perversos, te siega y guía sin que te des cuentas y jamás vuelves a salir de allí... solo en el último momento escuchas...

Observa observa te dice observa bien como una victima más se adentra al bosque para no salir nunca más.

More estaba preocupado, no dejaba de pensar de lo que pudiera ser de Lucifer y que posiblemente los profesores los estuvieran buscando, ya era de tarde, conocía la brisa del atardecer que entraba al bosque, sus pasos pararon cerca de un barranco. efectivamente, faltaba por lo menos 4h para que el sol comenzara a ocultarse.

Se acerco a la orilla del barranco y temeroso miro hacia abajo, vértigo... mucho vértigo, chillo y se tiro al suelo para asomar su cabeza y volver a mirar hacia abajo.

Lo que no sabia More es que el ruido estruendoso que él había escuchado antes proveía del lugar donde este estaba, todavía había tierra que caiga sutilmente de allí, a lo lejos More diviso un pequeño cuerpo entre los escombros, conocía esa túnica negra y esas medias color crema, era Lucifer.

Le llamo varias veces, pero el otro no despertaba, así que More cuidadosamente se alejo del Barranco, se levanto y se dio la vuelta para buscar ayuda... si solo... supiera por donde había caminado antes, honestamente el miedo le hizo olvidar por donde había ido, él no quería seguir perdiéndose más, solo tenía 13 añitos, quería vivir y jugar como niño que era.

Con manos sudorosas y fingiendo ser valiente volvió a entrar al bosque para pedir ayuda.

......

Habían pasado unos 20 minutos desde que Lucifer cayo desde ese barranco, apenas podía abrir los ojos y se levantaba con dificultad hasta el punto de que no solo eran las quejas que salían de su boca, también las lágrimas. Tenia parte de su cuerpo magullado y su atuendo estaba polvoriento, lo bueno es que no sufrió de ninguna lesión y la autosanación de Lucifer le ayudo por lo menos levantarse.

Al levantarse de los escombros miro a su alrededor, no sabía dónde estaba, y la verdad es que tenía miedo, sentía una sensación desagradable que le decía que no debe estar allí, había muchas platas raras que jamás había visto de muchos colores y formas, era bonito... raro. y a lo lejos visualizo una choza, nunca la había visto o una como esa, tenía una forma extraña, ¿ese es el techo? ¡¿Porque tiene forma de triangulo?

Lucifer tenia que pedir ayuda, a pesar de que una vez le dijeron que no debía interactuar con nada ni nadie, y si las cosas se complicaban debía buscar aun adulto que conozcan. Pero que más podía hacer, estaba perdido y si no hubiera sido desobediente esto no le estuviera pasando y realmente se arrepiente.

Ahora mismo, quisiera estar en brazos de su madre. Cauteloso se acerco a la sospechosa choca que habitaba en ese lugar, paro frente a la puerta y con dudas toco, esperando que alguien de buen corazón lo ayudara a regresar.

Nada...

Toco otra vez.
Pero nada...

Agudizo los sentidos de sus pequeñas orejas para escuchar algo que afirmara que alguien vivía allí, pero no escucho nada, hasta si se fijaba bien, parecía estar abandonada. Así que se giro un poco hacia atrás para examinar bien el lugar y encontrar algún camin...

Oh.

La puerta tras de él se abrió, lo supo por el molesto chirrido que emitió esta y lentamente Lucifer miro, y lo primero que vio fue un ojo asomarse. Era aterrador, sintió su garganta secarse, ¿porque sentía este miedo? No lo entendía
Nada cuadraba, ni siquiera le tenia miedo a su madre, A NADA, pero nada le cuadraba en su cabeza, ni siquiera sabía si debía alejarse o no, y si lo hacía y no pedía ayuda ¿se quedaría para siempre en esté bosque? Lucifer estaba atemorizado, en su corazón ese era su temor, nunca regresar a casa. que todo lo estaba haciendo mal, que podía hacer. Sea lo que estuviera allí dentro que lo observaba son sus grandes ojos cafes... y solo tal vez podría ayudarle.

Así que decidió hablar.

- Ho... Hola – tartamudeo el niño, pero no recibió ninguna respuesta, el otro se limitaba a observar, no se movía – me perdí, me ayudarías a regresar por favor – pero no recibió respuesta alguna, solo una mirada muy penetrante que lo miraba como una flecha a su objetivo.

Y de unos tortuosos segundo, el ojo dejo de asomarse haciendo que la puerta se habrá de a poco, como para que el niño entre.

La palabra "no entres a casa de desconocidos" no existía en el páramo, pues era un planeta donde abundaba el respecto, la amabilidad y la necesidad de ayudar a otro, eso de secuestrar a los infantes son actos deleznables que ellos odiaban, y se podría decir que la mayoría ni siquiera sabe que eso existe ¿secuestrar niños? ¿Por qué? No lo entenderían, pues los niños son crías que debían crecer, aprender y madurar esos eran sus principios. Usar aun niño para el mal, que ruines para eso los crían...

Lucifer entro a la extraña choza y lo primero que penetro sus fosas nasales fue un olor desagradable que hizo tapar su boca y nariz. El lugar solo estaba siendo iluminado por la chimenea y la luz de afuera, se podía observar las nubes de volvo que abundaba allí dentro. El lugar no era higiénico Y para el colmo la puerta detrás de Lucifer se cerró sola.

- Estas solo...- pregunto quien vivía allí con una voz gruesa, a juzga que fuera un hombre... un hombre muy mayor. Lucifer respondió con sinceridad, que estaba haciendo sus necesidades cuando algo lo asusto y salió corriendo (emitiendo la parte que salió corriendo con el pichiri afuera XD), que luego sintió el suelo temblar y despertó aquí abajo asumiendo que había caído en el derrumbe. – cómo te llamas niño? -

- Lucifer- y después de unos segundo Lucifer pregunto por el nombre del contrario.

- Petes – invito al niño que se sentara en la mecedora que estaba junto a la chimenea y este le paso un vaso con liquido dentro. Lucifer observo nuevamente al señor, no sabia cual era su aspecto, estaba cubierto de pies a cabeza con una manta negra y solo se le podían ver lo ojos.

- ¿Usted lleva mucho tiempo aquí... señor Petes? –

- Si... pero nunca e podido salir de aquí – esa respuesta incomodo a Lucifer, pensó que nunca encontró la salida del bosque frio – oh, no me malentiendas. llevo mucho viviendo aquí a eso me refiero –

- ¿Pero sabe dónde está la salida no? -  este no respondió, solo seguía observando a Lucifer, y eso para Lucifer el comportamiento que este tenía era muy raro, las miradas que este le daba eran rara pues era lo único que se les podía ver, en realidad la palabra perfecta que encajaría era miradas de un ser degenerado ¿a que podríamos referirnos con esto? En todos los sentidos...

Le hizo seña a Lucifer para que beba del vaso que le hacia ofrecido, que ni siquiera le había prestado atención. Este miro con desagrado su contenido, pero ni olía nada o tal vez el mal olor de la choza ya tenía anestesiada su nariz figurativamente, claro... eso no lo pensó, y al posar el vaso sobre sus labios dudo si ese liquido debía de bajar por su garganta.

Lo hizo, estaba apunto, en un rápido movimiento brusco el sujeto hizo que se lo bebiera todo.

- ¡Eww! - Lucifer dejo caer el vaso y vomitó. Horrible, su sabor era nauseabundo hasta podía jurar que bebió algo podrido... algo muerto. Todo con que él se había alimentado ese día paso por tu garganta.

En un instinto por parte del cuerpo de Lucifer, este exageradamente sea lo que sea que este bebió, lo devolvía incontrolablemente. Debajo de las mantas Petes hizo una mueca y susurro sangre negra, fenómeno.

Érase una vez un hadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora