Our Summer ( Zayn Malik y tu)

Capitulo 8

Al llegar a mi casa y mis padres al ver mi camisa...
- Hija que le pasó a tu camisa, ese helado no va a ser fácil de limpiar. ¿ qué crees tu ? Esto no es lavandería para andar lavando tus desastres - dijo papa Ross cruzado de brazos.
- Pero fue Cristina -reproche.
- Hija, pero ya estas grande, así que lo lavas tu misma, ahora- dijo Ian viéndome con pena.
Que fastidio.
-ok...
Fui directo a la batea en la esquina de la casa, le eche mucho jabón azul en barra y lo lave restregandolo con mis manos.
Al terminar, lo colgué en la cuerda de ropa que había en ese cuarto y fui a la sala. Ahí me tire al sofá y agarre mi teléfono.
Tenía un par de mensajes en whatsapp.
Otro era del número desconocido de ayer.
"Suspirando como tonta por Zayn. El no te hará caso, tu eres sólo otra nula más en su vida"
Sentí como me molestaba más al releer el mensaje y simplemente lo ignore.
Segundos después mientras veía el techo mis padres vinieron y se sentaron en el mueble al frente del de donde yo estaba sentada y se agarraron de las manos.
- Hija queremos hablar de un tema contigo.
- claro, que pasa ?
Ahora cada ves que decían eso ya era más normal desde que me dieron la conversación de tener sexo y acerca de mi sexualidad, después de eso no podía ver tema más incómodo.
Pero claro, no fue totalmente incómodo, era gracioso ver su intento de seriedad en algunos comentarios Pero esta ves sus caras se veían algo las serias.
- Hija tu estas ya grande pero igual nosotros somos algo jóvenes y ahora que hemos tomando algo más de seriedad pensamos en otro miembro en la familia - al decir eso todo mi cuerpo se erizó y me emocione en cierto modo - Adoptar a un bebe, uno a el que le hemos puesto el ojo desde hace unos meses.
Al decir eso, Ian miro a Ross, indicándole que era su turno de hablar.
- Es un niño hermoso, apenas tiene dos años de edad y es de África. Y Ian y yo nos hemos enamorado de el y es una decisión importante, una decisión familiar y ojalá que quieras hija.
- ¡Claro que quiero ! - dije lanzándome hacia ellos, con lágrimas en los ojos - va a ser muy feliz con nosotros tres!
Ahí ellos también empezaron a llorar.
- Ay hija te amamos. - dijo Ross.

Después de la conversación me fui a mi cuartos como pronto sería de noche salí al balcón a aprovechar la vista.
Desde el se veía las casa de la urbanización y luego los pequeños edificios del pueblo y más atrás se veía unas pequeñas montañas.
Tener un hermano... Esa idea me daba felicidad y en cierto modo también miedo porque si lo adoptaban le pondrían toda la atención a el y a mi no y se que ese pensamiento es muy egoísta de mi parte y ya estoy muy grande para pensar eso pero siempre he sido la única hija y ellos siempre me han dado la mayor atención a mi.
Pero deje de pensar en todo eso cuando veo desde la ventana de Cristina que estaba al lado de la de Hannah y Henna a Zayn.
Este estaba en el balcón como yo, ya que el cuarto de Cristina daba a la calle como el mío.
Estaban besandose... Bueno eso era más como una limpieza bucal.
Estaban lejos, así que no pude ver con detalles lo que hacían pero sólo podía medio ver era que ella pasaba sus manos por la espalda de el de arriba para abajo desesperadamente.
Decidí no ver más ya sentí esa fea puntada en el corazón.
Entré a mi cuarto y cerré las cortinas, prendí la TV y empece a cambiar los canales ya que no había nada interesante.
Esto era frustrante así que no tuve de otra que apagar la TV, comerme una chaqueta y salir de la casa.
Camine hacia el pueblo, a la parte del malecón, donde había muchos tarantines y personas con música a todo volumen.
Camine viendo los tarantines a ver que vendían, pero era lo común: pulseras, collares playeros, chuchería, entre otras cosas.
Hasta qué vi un pequeño local de cocadas.
Entre ahí y fui al mostrador. Ahí estaba un chico Moreno con el cabello negro a lo afro y no que más me gusto que tenía unos ojos verdes que resaltaban en su cara.
- Hola muñeca, ¿que deseas ? - dijo sonriéndome.
- Un agua de coco por favor - le sonreí.
-claro
Fue a la esquina de la tienda y agarro un coco verde el piso y lo puso en una vieja mesa que tenía ahí, estaba llena de conchas de coco y al lado tenía un machete, lo agarro y lo estrello con fuerza al coco. Este se partió por un lado y lo voltio en un vaso para qe después saliera el agua de coco que llenó la mitad del gran vaso.
Me lo entrego.
- Gracias.
Dije sonriendo; agarre el agua, le puse un pitillo y le puse dos dólares en la mesa.
- De nada.
Salí del tarantín y fui de vuelta al camino de la casa, pero me desvío a la playa.
Las grava que me llegaba hasta la mitad de las batatas me daba cosquillas en las desnudas piernas y pegaba un fresco viento.
Al terminar mi agua de coco bote el vaso en el basurero y seguí caminando.
Cuando llegue a la playa ya era casi de noche y no había nadie... O eso creía yo.
Pero supe que habían tórtolos cuando escuche gemidos cerca y como la curiosidad mato al gato, al acercarme me encontré con las personas que menos esperaba.
La chica metiendo sus manos en los pantalones de el, mientras el le masajeaba los pechos.