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1 semana - Domingo.

Despertó de un susto a la mitad de la noche, los gatos en su pecho saltaron igual.

Sudor frío corría desde su frente a su quijada, se sentía enfermo.

Corrió a vomitar al baño, todas las golosinas que comió se revolvieron en su estómago.

Todo estaba mal, agonizaba y le dolía el respirar.

Sus ojos picaron, mientras él caía al suelo.

Uno de sus gatos, el cachorro siamés de apenas 5 meses llamado King Explodo –El que era favorito de Katsuki– se escabulló en los brazos de Izuku.
El peliverde al sentir al gatito maullarle entre sus brazos, lo abrazó, se acomodó en el suelo mientras acariciaba y abrazaba al gato.

Cómo si Katsuki fuera el gato.

— ¿Por.. qué? — Susurró con dificultad.

Duró mucho tiempo ahí, tirado que todo se volvió borroso.

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Despertó pesadamente, un dolor en el hombro lo hizo quejarse, dándose cuenta de que durmió en el frío suelo de su baño.
Su cuerpo dolía, tenía lágrimas secas y los ojos pesaban como yunques.
Se quiso levantar, pero un pequeño peso en su estómago lo detuvo.
King explodo y Melón –Un gato bengala, favorito de Izuku, 5 meses– dormían muy calentitos.

Izuku los acarició, despertandolos. Ambos gatos se estiraron en su estómago y se quitaron de encima de Izuku.

Se levantó, y caminó cansado acercándose al lavabo, viendo su reflejo.
Iniciaba otra semana, otra semana sin Katsuki.
No retuvo las lágrimas, volvió a lamentarse.

Una idea corrió en su mente, preguntar.

Iría con los amigos de Katsuki, y preguntaría el por qué su repentina desaparición.
Siempre que los ve en acción, lo evaden.

Hoy no sería el caso, está seguro de que hoy descansan.

Se metió a bañar, apestaba a sudor.

Ya una vez limpio, se fue a cambiar.
Abrió el clóset, encontrando ropa que no era suya.

Katsuki se fue, pero no se llevó nada, siquiera su ropa interior.

Eso le daba esperanzas de que volviera, o..

¿Quizá simplemente quiso rehacer su vida empezando de cero?

Él se volvió chiquito en su lugar, tomando varias ropas del rubio, y como si fuera una especie de animal en celo, hizo un nido, inhalando el olor de Katsuki, llorando más.

Su cabeza empezó a doler, llevaba tantas horas llorando que parecía que sus cuencas estaban secas.
No perdió un minuto más, tomó ropa de Katsuki y se la puso.

Si él lo viera, probablemente le hubiera hecho el amor durante días..

Salió de su hogar decidido a encarar a los amigos de su desaparecido amor, no podía simplemente quedar así, aunque le perturbaba la idea de que le dijeran que se fue de él por.. aburrimiento.

Poco a poco hizo el paso más lento, arrepintiendose de haber salido de casa.
Y de la nada le llegó un flashback, uno donde su madre le aconsejaba por tratar de descubrir cosas sobre su padre, y ella le dijo " No rasques la costra, porque puede salir sangre".

¿Y si esas palabras debía aplicarlas ahora?

Sin querer, llegó a la calle donde vive el matrimonio de Mina y Kirishima.
No se detuvo, llegó a la casa.
Observó el lugar, adornada de bellas rosas rojas, muy bien cuidadas, se acercó a la puerta, y debatió en si tocar o no.

Tu Falta de Querer - Katsudeku/ FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora